Job 22-28


 
Job 22
 
  1   Y respondió Elifaz temanita, y dijo:
  2   ¿Traerá el hombre provecho a Dios, podrá el sabio ser de provecho a sí mismo?
  3   ¿Tiene contentamiento el Omnipotente en que tú seas justo, gana algo con que tú hagas perfectos tus caminos?
  4   ¿Te castigará acaso, o vendrá contigo a juicio porque te teme?
  5   ¿Acaso no será grande tu maldad, y tus iniquidades sin fin?
  6   Porque tomaste prenda de tus hermanos sin causa, y despojaste de sus ropas al desnudo.
  7   No diste de beber agua al cansado, y detuviste el pan al hambriento.
  8   Pero el hombre pudiente tuvo la tierra; y habitó en ella el distinguido.
  9   A las viudas enviaste vacías, y los brazos de los huérfanos fueron quebrados.
  10   Por tanto hay lazos alrededor de ti, y te turba espanto repentino;
  11   o tinieblas, para que no veas; y abundancia de agua te cubre.
  12   ¿No está Dios en la altura de los cielos? Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están.
  13   ¿Y dirás tú: Qué sabe Dios? ¿Puede Él juzgar a través de la densa oscuridad?
  14   Las densas nubes le cubren, y no ve; y por el circuito del cielo se pasea.
  15   ¿Quieres tú guardar la senda antigua, que pisaron los hombres perversos?
  16   Los cuales fueron cortados antes de tiempo, cuyo fundamento fue como un río derramado:
  17   Que decían a Dios: Apártate de nosotros. ¿Y qué les había hecho el Omnipotente?
  18   Les había colmado de bienes sus casas. Lejos sea de mí el consejo de los impíos.
  19   Verán los justos y se gozarán; y el inocente los escarnecerá, diciendo:
  20   Ciertamente nuestra sustancia no ha sido cortada, mas el fuego ha consumido lo que quedó de ellos.
  21   Amístate ahora con Él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien.
  22   Toma ahora la ley de su boca, y pon sus palabras en tu corazón.
  23   Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado; alejarás de tu tienda la aflicción;
  24   Y tendrás más oro que tierra, y como piedras de arroyos oro de Ofir;
  25   y el Todopoderoso será tu defensa, y tendrás plata en abundancia.
  26   Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, y alzarás a Dios tu rostro.
  27   Orarás a Él, y Él te oirá; y tú pagarás tus votos.
  28   Determinarás asimismo una cosa, y te será firme; y sobre tus caminos resplandecerá la luz.
  29   Cuando fueren abatidos, dirás tú: Ensalzamiento habrá; y Dios salvará al humilde de ojos.
  30   Él libertará la isla del inocente; y por la pureza de tus manos será librada.

 
Job 23
 
  1   Y respondió Job, y dijo:
  2   Hoy también hablaré con amargura; porque es más grave mi llaga que mi gemido.
  3   ¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla.
  4   Expondría mi causa delante de Él, y llenaría mi boca de argumentos.
  5   Yo sabría las palabras que Él me respondería, y entendería lo que Él me dijera.
  6   ¿Contendería conmigo con su gran fuerza? No; antes Él pondría fuerza en mí.
  7   Allí el justo razonaría con Él, y yo sería liberado para siempre de mi Juez.
  8   He aquí yo iré al oriente, y Él no estará allí; y al occidente, y no lo percibiré:
  9   Si al norte Él actuare, yo no lo veré; al sur se esconderá, y no lo veré.
  10   Mas Él conoce el camino donde voy; me probará, y saldré como oro.
  11   Mis pies han seguido sus pisadas; guardé su camino, y no me aparté.
  12   Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida.
  13   Pero si Él determina una cosa, ¿quién le hará desistir? Lo que su alma desea, eso hace.
  14   Él, pues, acabará lo que ha determinado de mí: y muchas cosas como éstas hay en Él.
  15   Por lo cual yo me espanto en su presencia; cuando lo considero, tengo miedo de Él.
  16   Dios ha enervado mi corazón, y me ha turbado el Omnipotente.
  17   ¿Por qué no fui yo cortado delante de las tinieblas, ni cubrió con oscuridad mi rostro?

 
Job 24
 
  1   Puesto que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso, ¿Por qué los que le conocen no ven sus días?
  2   Traspasan los términos, roban los ganados, y los apacientan.
  3   Se llevan el asno de los huérfanos; y toman en prenda el buey de la viuda.
  4   Hacen apartar del camino a los menesterosos; y todos los pobres de la tierra se esconden.
  5   He aquí, como asnos monteses en el desierto, salen a su obra madrugando para robar; el desierto es mantenimiento de sus hijos.
  6   En el campo siegan su pasto, y los impíos vendimian la viña ajena.
  7   Al desnudo hacen dormir sin ropa, y que en el frío no tenga cobertura.
  8   Con las avenidas de los montes se mojan, y abrazan las peñas por falta de abrigo.
  9   Quitan el pecho a los huérfanos, y de sobre el pobre toman la prenda.
  10   Al desnudo hacen andar sin ropa, y al hambriento quitan las gavillas.
  11   Dentro de sus paredes exprimen el aceite, pisan los lagares, y mueren de sed.
  12   De la ciudad gimen los hombres, y claman las almas de los heridos de muerte; mas Dios no puso estorbo.
  13   Ellos son los que, rebeldes a la luz, nunca conocieron sus caminos, ni estuvieron en sus veredas.
  14   A la luz se levanta el matador, mata al pobre y al necesitado, y de noche es como ladrón.
  15   El ojo del adúltero aguarda al anochecer, diciendo: No me verá nadie; y disfraza su rostro.
  16   En las tinieblas minan las casas, que de día para sí señalaron; no conocen la luz.
  17   Porque la mañana es para todos ellos como sombra de muerte; si son conocidos, terrores de sombra de muerte los toman.
  18   Son ligeros como la superficie de las aguas; su porción es maldita en la tierra; no andarán por el camino de las viñas.
  19   La sequía y el calor arrebatan las aguas de la nieve; y el sepulcro a los pecadores.
  20   Se olvidará de ellos el seno materno; de ellos sentirán los gusanos dulzura; nunca más habrá de ellos memoria, y como un árbol serán quebrantados los impíos.
  21   A la mujer estéril que no da a luz, afligió; y a la viuda nunca hizo bien.
  22   A los fuertes arrastró con su poder: se levanta, y ninguno está seguro de la vida.
  23   Les da seguridad en que se apoyen, y sus ojos están sobre los caminos de ellos.
  24   Fueron ensalzados por un poco, mas desaparecen, y son abatidos como todos los demás; serán encerrados, y cortados como cabezas de espigas.
  25   Y si no, ¿quién me desmentirá ahora, o reducirá a nada mis palabras?

 
Job 25
 
  1   Y respondió Bildad suhita, y dijo:
  2   El señorío y el temor están con Él: Él hace paz en sus alturas.
  3   ¿Tienen sus ejércitos número? ¿Sobre quién no está su luz?
  4   ¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? ¿O cómo será limpio el que nace de mujer?
  5   He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.
  6   ¿Cuánto menos el hombre que es un gusano, y el hijo de hombre, también gusano?

 
Job 26
 
  1   Y respondió Job, y dijo:
  2   ¿En qué ayudaste al que no tiene fuerza? ¿Cómo has amparado al brazo sin fuerza?
  3   ¿En qué aconsejaste al que no tiene entendimiento, y qué plenitud de sabiduría has dado a conocer?
  4   ¿A quién has anunciado palabras, y de quién es el espíritu que de ti viene?
  5   Cosas inanimadas son formadas debajo de las aguas, y los habitantes de ellas.
  6   El infierno está descubierto delante de Él, y la destrucción no tiene cobertura.
  7   Él extiende el norte sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada.
  8   Ata las aguas en sus nubes, y las nubes no se rompen debajo de ellas.
  9   Él cubre la faz de su trono, y sobre él extiende su nube.
  10   Él cercó con término la superficie de las aguas, hasta el fin de la luz y las tinieblas.
  11   Las columnas del cielo tiemblan, y se espantan a su reprensión.
  12   Él divide el mar con su poder, y con su entendimiento hiere su arrogancia.
  13   Su Espíritu adornó los cielos; su mano creó la serpiente tortuosa.
  14   He aquí, estas cosas son sólo parte de sus caminos: ¡Mas cuán poco hemos oído de Él! Pero el estruendo de su poder, ¿quién lo puede comprender?

 
Job 27
 
  1   Y reasumió Job su discurso, y dijo:
  2   Vive Dios, el cual ha quitado mi derecho, y el Omnipotente, que amargó el alma mía;
  3   Que todo el tiempo que mi alma esté en mí, y haya hálito de Dios en mis narices,
  4   mis labios no hablarán iniquidad, ni mi lengua pronunciará engaño.
  5   Nunca tal acontezca que yo os justifique; hasta que muera no quitaré de mí mi integridad.
  6   Mi justicia tengo asida, y no la cederé: No me reprochará mi corazón en el tiempo de mi vida.
  7   Sea como el impío mi enemigo, y como el inicuo mi adversario.
  8   Porque ¿cuál es la esperanza del impío, por mucho que hubiere robado, cuando Dios requiera su alma?
  9   ¿Oirá Dios su clamor cuando la tribulación sobre él viniere?
  10   ¿Se deleitará en el Omnipotente? ¿Invocará a Dios en todo tiempo?
  11   Yo os enseñaré por la mano de Dios; no esconderé lo que hay para con el Omnipotente.
  12   He aquí que todos vosotros lo habéis visto: ¿Por qué, pues, os hacéis enteramente vanos?
  13   Ésta es para con Dios la porción del impío, y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente.
  14   Si sus hijos fueren multiplicados, lo serán para la espada, y sus pequeños no se saciarán de pan;
  15   los que de él quedaren, en muerte serán sepultados; y no llorarán sus viudas.
  16   Aunque amontone plata como polvo, y prepare ropa como el barro;
  17   él la preparará, pero el justo se vestirá de ella, y el inocente repartirá la plata.
  18   Edifica su casa como la polilla, y como la cabaña que hace el guarda.
  19   El rico se acostará, mas no será recogido; abrirá sus ojos, y ya no será.
  20   Se apoderarán de él terrores como aguas; torbellino lo arrebatará de noche.
  21   El viento solano lo levanta, y se va; y tempestad lo arrebatará de su lugar.
  22   Dios, pues, descargará sobre él, y no perdonará; hará él por huir de su mano.
  23   Batirán sus manos sobre él, y desde su lugar le silbarán.

 
Job 28
 
  1   Ciertamente la plata tiene sus veneros, y el oro lugar donde se refina.
  2   El hierro se saca del polvo, y de la piedra es fundido el bronce.
  3   A las tinieblas puso término, y examina todo a la perfección, las piedras que hay en la oscuridad y en la sombra de muerte.
  4   Brota el torrente de junto al morador, aguas que el pie había olvidado; se secan luego, se van del hombre.
  5   De la tierra nace el pan, y debajo de ella está como convertida en fuego.
  6   Lugar hay cuyas piedras son zafiro, y sus polvos de oro.
  7   Hay senda que el ave no conoce, ni ojo de buitre ha visto;
  8   los cachorros de león no la han pisado, ni el fiero león pasó por ella.
  9   En el pedernal puso su mano, y trastornó de raíz los montes.
  10   De los peñascos cortó ríos, y sus ojos vieron todo lo preciado.
  11   Detuvo los ríos en su nacimiento, e hizo salir a luz lo escondido.
  12   Mas ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?
  13   No conoce su valor el hombre, ni se halla en la tierra de los vivientes.
  14   El abismo dice: No está en mí: Y el mar dijo: Ni conmigo.
  15   No se dará por oro, ni su precio será a peso de plata.
  16   No puede ser apreciada con oro de Ofir, ni con ónice precioso, ni con zafiro.
  17   El oro no se le igualará, ni el diamante; ni se cambiará por joyas de oro fino.
  18   No se hará mención de coral ni de perlas: La sabiduría es mejor que las piedras preciosas.
  19   No se igualará con ella topacio de Etiopía; no se podrá apreciar con oro fino.
  20   ¿De dónde, pues, vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?
  21   Porque encubierta está a los ojos de todo viviente, y a toda ave del cielo es oculta.
  22   La destrucción y la muerte dijeron: Su fama hemos oído con nuestros oídos.
  23   Dios entiende el camino de ella, y Él conoce su lugar.
  24   Porque Él mira hasta los fines de la tierra, y ve debajo de todo el cielo.
  25   Al dar peso al viento, y poner las aguas por medida;
  26   Cuando Él hizo ley a la lluvia, y camino al relámpago de los truenos:
  27   Entonces la veía Él, y la manifestaba: La preparó y la descubrió también.
  28   Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal la inteligencia.

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