Génesis 26-39


 
Génesis 26
 
  1   Y hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar.
  2   Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré.
  3   Habita en esta tierra, y seré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu simiente daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre.
  4   Y multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y daré a tu simiente todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente,
  5   por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.
  6   Habitó, pues, Isaac en Gerar.
  7   Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su esposa; y él respondió: Es mi hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi esposa; pues se dijo, los hombres del lugar me matarían por causa de Rebeca; porque ella era de hermoso aspecto.
  8   Y sucedió que después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio a Isaac que jugueteaba con su esposa Rebeca.
  9   Y llamó Abimelec a Isaac, y dijo: He aquí ella es de cierto tu esposa; ¿cómo, pues, dijiste: Es mi hermana? E Isaac le respondió: Porque dije: Quizá moriré por causa de ella.
  10   Y Abimelec dijo: ¿Por qué nos has hecho esto? Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu esposa, y hubieras traído sobre nosotros el pecado.
  11   Entonces Abimelec mandó a todo el pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre o a su esposa, de cierto morirá.
  12   Y sembró Isaac en aquella tierra, y halló aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová.
  13   Y el varón se enriqueció, y fue prosperado, y creció hasta hacerse muy poderoso.
  14   Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia.
  15   Y todos los pozos que habían abierto, los siervos de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra.
  16   Y dijo Abimelec a Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho.
  17   E Isaac se fue de allí; y asentó sus tiendas en el valle de Gerar, y habitó allí.
  18   Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había llamado.
  19   Y los siervos de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas.
  20   Y los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek, porque habían altercado con él.
  21   Y abrieron otro pozo, y también riñeron sobre él; y llamó su nombre Sitna.
  22   Y se apartó de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él; y llamó su nombre Rehobot, y dijo: Porque ahora nos ha hecho ensanchar Jehová y fructificaremos en la tierra.
  23   Y de allí subió a Beerseba.
  24   Y se le apareció Jehová aquella noche, y dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, que yo soy contigo, y yo te bendeciré, y multiplicaré tu simiente por amor de Abraham mi siervo.
  25   Y edificó allí un altar, e invocó el nombre de Jehová, y tendió allí su tienda; y abrieron allí los siervos de Isaac un pozo.
  26   Y Abimelec vino a él desde Gerar, y Ahuzat, amigo suyo, y Ficol, capitán de su ejército.
  27   Y les dijo Isaac: ¿Por qué venís a mí, pues que me habéis aborrecido, y me echasteis de entre vosotros?
  28   Y ellos respondieron: Hemos visto que Jehová es contigo; y dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros, entre tú y nosotros; y haremos un pacto contigo,
  29   de que no nos harás mal, como nosotros no te hemos tocado, y como solamente te hemos hecho bien, y te enviamos en paz. Tú eres ahora bendito de Jehová.
  30   Entonces él les hizo banquete, y comieron y bebieron.
  31   Y se levantaron de madrugada, y juraron el uno al otro; e Isaac los despidió, y ellos partieron de él en paz.
  32   Y en aquel día sucedió que vinieron los criados de Isaac, y le dieron las nuevas acerca del pozo que habían abierto, y le dijeron: Hemos hallado agua.
  33   Y lo llamó Seba; por cuya causa el nombre de aquella ciudad es Beerseba hasta este día.
  34   Y cuando Esaú fue de cuarenta años, tomó por esposa a Judit hija de Beeri heteo, y a Basemat hija de Elón heteo:
  35   Y fueron amargura de espíritu a Isaac y a Rebeca.

 
Génesis 27
 
  1   Y aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú, su hijo el mayor, y le dijo: Mi hijo. Y él respondió: Heme aquí.
  2   Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte.
  3   Toma, pues, ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo, y tráeme caza;
  4   y hazme un guisado, como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré, para que mi alma te bendiga antes que yo muera.
  5   Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac a Esaú su hijo; y se fue Esaú al campo para cazar lo que había de traer.
  6   Entonces Rebeca habló a Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he oído a tu padre que hablaba con Esaú tu hermano, diciendo:
  7   Tráeme caza y hazme un guisado, para que coma, y te bendiga delante de Jehová antes que yo muera.
  8   Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando.
  9   Ve ahora al rebaño, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las cabras, y haré de ellos un guisado para tu padre, como a él le gusta;
  10   y tú lo llevarás a tu padre, y comerá, para que te bendiga antes de su muerte.
  11   Y Jacob dijo a Rebeca su madre: He aquí Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo lampiño.
  12   Quizá me tentará mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición.
  13   Y su madre respondió: Hijo mío, sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz, y ve y tráemelos.
  14   Entonces él fue, y tomó, y los trajo a su madre; y su madre hizo un guisado, como le gustaba a su padre.
  15   Y tomó Rebeca la ropa preciosa de Esaú, su hijo mayor, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob su hijo menor:
  16   Y le hizo vestir sobre sus manos y sobre la cerviz donde no tenía vello, las pieles de los cabritos de las cabras;
  17   Y entregó el guisado y el pan que había aderezado, en mano de Jacob su hijo.
  18   Y él fue a su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, ¿quién eres, hijo mío?
  19   Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendiga tu alma.
  20   Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que se encontrase delante de mí.
  21   E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú o no.
  22   Y se acercó Jacob a su padre Isaac; y él le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, mas las manos, son las manos de Esaú.
  23   Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo.
  24   Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y él respondió: Yo soy.
  25   Y dijo: Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que te bendiga mi alma; y él se la acercó, y comió; le trajo también vino, y bebió.
  26   Y le dijo Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame, hijo mío.
  27   Y él se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestiduras, y le bendijo, y dijo: Mira, el olor de mi hijo como el olor del campo que Jehová ha bendecido:
  28   Dios, pues, te dé del rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto.
  29   Pueblos te sirvan, y naciones se inclinen a ti: Sé señor de tus hermanos, e inclínense a ti los hijos de tu madre: Malditos los que te maldijeren, y benditos los que te bendijeren.
  30   Y aconteció, luego que hubo Isaac acabado de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano vino de su caza.
  31   Y él también hizo un guisado, y lo trajo a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga su alma.
  32   Entonces Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él dijo: Yo soy tu hijo, tu primogénito, Esaú.
  33   Y se estremeció Isaac en extremo, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que tomó caza, y me trajo, y comí de todo antes que vinieses? Yo le bendije, y será bendito.
  34   Como Esaú oyó las palabras de su padre clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío.
  35   Y él dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición.
  36   Y él respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, que ya me ha suplantado dos veces; se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí?
  37   Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío?
  38   Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.
  39   Entonces Isaac su padre habló y le dijo: He aquí será tu habitación en grosuras de la tierra, y del rocío de los cielos de arriba;
  40   Y por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás: Y sucederá cuando te enseñorees, que descargarás su yugo de tu cerviz.
  41   Y Esaú aborreció a Jacob a causa de la bendición con que le había bendecido su padre, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y entonces yo mataré a mi hermano Jacob.
  42   Y fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú su hijo mayor: y ella envió y llamó a Jacob su hijo menor, y le dijo: He aquí, Esaú tu hermano se consuela acerca de ti con la idea de matarte.
  43   Ahora pues, hijo mío, obedece a mi voz; levántate, y huye a casa de Labán mi hermano, a Harán.
  44   Y mora con él algunos días, hasta que el enojo de tu hermano se mitigue;
  45   hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti, y se olvide de lo que le has hecho: yo enviaré entonces, y te traeré de allá: ¿por qué seré privada de vosotros ambos en un día?
  46   Y dijo Rebeca a Isaac: Fastidio tengo de mi vida, a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma esposa de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?

 
Génesis 28
 
  1   Entonces Isaac llamó a Jacob, y le bendijo, y le mandó diciendo: No tomes esposa de las hijas de Canaán.
  2   Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí esposa de las hijas de Labán, hermano de tu madre.
  3   Y el Dios omnipotente te bendiga y te haga fructificar, y te multiplique, hasta venir a ser multitud de pueblos;
  4   Y te dé la bendición de Abraham, y a tu simiente contigo, para que heredes la tierra de tus peregrinaciones, que Dios dio a Abraham.
  5   Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán, hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y de Esaú.
  6   Y vio Esaú cómo Isaac había bendecido a Jacob, y le había enviado a Padan-aram, para tomar para sí esposa de allí; y que cuando le bendijo, le había mandado, diciendo: No tomarás esposa de las hijas de Canaán;
  7   y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram.
  8   Vio asimismo Esaú que las hijas de Canaán parecían mal a Isaac su padre;
  9   Y se fue Esaú a Ismael, y tomó para sí por esposa a Mahalat, hija de Ismael, hijo de Abraham, hermana de Nebaiot, además de sus otras esposas.
  10   Y salió Jacob de Beerseba, y fue a Harán;
  11   y encontró con un lugar, y durmió allí porque ya el sol se había puesto; y tomó una de las piedras de aquel paraje y la puso de cabecera, y se acostó en aquel lugar.
  12   Y soñó, y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo: y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.
  13   Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac: la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu simiente.
  14   Y será tu simiente como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, y al oriente, y al norte, y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.
  15   Y he aquí, yo soy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y te volveré a esta tierra; porque no te dejaré hasta tanto que haya hecho lo que te he dicho.
  16   Y despertó Jacob de su sueño y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía.
  17   Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.
  18   Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por título, y derramó aceite sobre ella.
  19   Y llamó el nombre de aquel lugar Betel, bien que Luz era el nombre de la ciudad primero.
  20   E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje que voy, y me diere pan para comer y vestidura para vestir,
  21   y si tornare en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios,
  22   y esta piedra que he puesto por título, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.

 
Génesis 29
 
  1   Y siguió Jacob su camino, y fue a la tierra de los orientales.
  2   Y miró, y vio un pozo en el campo: y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él; porque de aquel pozo abrevaban los ganados: y había una gran piedra sobre la boca del pozo.
  3   Y se juntaban allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de sobre la boca del pozo, y abrevaban las ovejas; y volvían la piedra sobre la boca del pozo a su lugar.
  4   Y les dijo Jacob: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos respondieron: De Harán somos.
  5   Y él les dijo: ¿Conocéis a Labán, hijo de Nacor? Y ellos dijeron: Sí, le conocemos.
  6   Y él les dijo: ¿Tiene paz? Y ellos dijeron: Paz; y he aquí Raquel su hija viene con el ganado.
  7   Y él dijo: He aquí el día es aún grande; no es tiempo todavía de recoger el ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas.
  8   Y ellos respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los ganados, y remuevan la piedra de sobre la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas.
  9   Y mientras él aún hablaba con ellos Raquel vino con el ganado de su padre, porque ella era la pastora.
  10   Y sucedió que como Jacob vio a Raquel, hija de Labán hermano de su madre, y a las ovejas de Labán, el hermano de su madre, se acercó Jacob, y removió la piedra de sobre la boca del pozo, y abrevó el ganado de Labán hermano de su madre.
  11   Y Jacob besó a Raquel, y alzó su voz, y lloró.
  12   Y Jacob dijo a Raquel que él era hermano de su padre, y que era hijo de Rebeca: y ella corrió, y dio las nuevas a su padre.
  13   Y así que oyó Labán las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó, y lo besó, y le trajo a su casa: y él contó a Labán todas estas cosas.
  14   Y Labán le dijo: Ciertamente hueso mío y carne mía eres. Y estuvo con él el tiempo de un mes.
  15   Entonces dijo Labán a Jacob: ¿Por ser tú mi hermano, me has de servir de balde? declárame qué será tu salario.
  16   Y Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel.
  17   Y los ojos de Lea eran tiernos, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer.
  18   Y Jacob amó a Raquel, y dijo: Yo te serviré siete años por Raquel tu hija menor.
  19   Y Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti, y no que la dé a otro hombre; quédate conmigo.
  20   Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días porque la amaba.
  21   Y dijo Jacob a Labán: Dame mi esposa, porque mi tiempo es cumplido para que cohabite con ella.
  22   Entonces Labán juntó a todos los varones de aquel lugar, e hizo banquete.
  23   Y sucedió que a la noche tomó a Lea su hija, y se la trajo: y él entró a ella.
  24   Y dio Labán su sierva Zilpa a su hija Lea por criada.
  25   Y venida la mañana, he aquí que era Lea: y él dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado?
  26   Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor.
  27   Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hicieres conmigo otros siete años.
  28   E hizo Jacob así, y cumplió la semana de aquélla: y él le dio a Raquel su hija por esposa.
  29   Y dio Labán a Raquel su hija por criada a su sierva Bilha.
  30   Y entró también a Raquel; y la amó también más que a Lea: y sirvió con él aún otros siete años.
  31   Y vio Jehová que Lea era aborrecida, y abrió su matriz; pero Raquel era estéril.
  32   Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Ya que Jehová ha mirado mi aflicción; de cierto ahora me amará mi marido.
  33   Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó Jehová que yo era aborrecida, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón.
  34   Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirá mi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos: por tanto, llamó su nombre Leví.
  35   Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré a Jehová; por esto llamó su nombre Judá: y dejó de dar a luz.

 
Génesis 30
 
  1   Y viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero.
  2   Y Jacob se enojaba contra Raquel, y decía: ¿Soy yo en lugar de Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?
  3   Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha; entra a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo también tendré hijos de ella.
  4   Así le dio a Bilha su sierva por esposa; y Jacob entró a ella.
  5   Y concibió Bilha, y dio a luz un hijo a Jacob.
  6   Y dijo Raquel: Me juzgó Dios, y también oyó mi voz, y me dio un hijo. Por tanto llamó su nombre Dan.
  7   Y concibió otra vez Bilha, la sierva de Raquel, y dio a luz el hijo segundo a Jacob.
  8   Y dijo Raquel: Con grandes luchas he contendido con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí.
  9   Y viendo Lea que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su sierva, y la dio a Jacob por esposa.
  10   Y Zilpa, sierva de Lea, dio a luz a Jacob un hijo.
  11   Y dijo Lea: Vino la ventura. Y llamó su nombre Gad.
  12   Y Zilpa, la sierva de Lea, dio a luz otro hijo a Jacob.
  13   Y dijo Lea: ¡Qué dicha la mía! porque las mujeres me dirán bienaventurada; y llamó su nombre Aser.
  14   Y fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre: y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo.
  15   Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo.
  16   Y cuando Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: A mí has de entrar, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y se acostó con ella aquella noche.
  17   Y oyó Dios a Lea: y concibió, y dio a luz a Jacob el quinto hijo.
  18   Y dijo Lea: Dios me ha dado mi recompensa, por cuanto di mi sierva a mi marido; por eso llamó su nombre Isacar.
  19   Y concibió Lea otra vez, y dio a luz el sexto hijo a Jacob.
  20   Y dijo Lea: Dios me ha dado una buena dote; ahora morará conmigo mi marido, porque le he dado a luz seis hijos: y llamó su nombre Zabulón.
  21   Y después dio a luz una hija, y llamó su nombre Dina.
  22   Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y abrió su matriz.
  23   Y concibió, y dio a luz un hijo: y dijo: Dios ha quitado mi afrenta:
  24   Y llamó su nombre José, diciendo: Añádame Jehová otro hijo.
  25   Y aconteció, cuando Raquel hubo dado a luz a José, que Jacob dijo a Labán: Envíame, e iré a mi lugar, y a mi tierra.
  26   Dame mis esposas y mis hijos, por las cuales he servido contigo, y déjame ir; pues tú sabes los servicios que te he hecho.
  27   Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; pues he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa.
  28   Y dijo: Señálame tu salario, que yo lo daré.
  29   Y él respondió: Tú sabes cómo te he servido, y cómo ha estado tu ganado conmigo;
  30   Porque poco tenías antes de mi venida, y ha crecido en gran número; y Jehová te ha bendecido con mi llegada: y ahora ¿cuándo he de trabajar yo también por mi propia casa?
  31   Y él dijo: ¿Qué te daré? Y respondió Jacob: No me des nada: si hicieres por mí esto, volveré a apacentar tus ovejas.
  32   Yo pasaré hoy por todo tu rebaño, poniendo aparte todas las ovejas manchadas y pintadas, y todas las ovejas de color oscuro entre las manadas, y las manchadas y las pintadas entre las cabras; y esto será mi salario.
  33   Así responderá por mí mi justicia mañana cuando me viniere mi salario delante de ti; toda la que no fuere pintada ni manchada en las cabras y de color oscuro en las ovejas mías, se me ha de contar como de hurto.
  34   Y dijo Labán: Mira, que sea como tú dices.
  35   Y apartó aquel día los machos cabríos rayados y manchados; y todas las cabras manchadas y pintadas, y toda aquella que tenía en sí algo de blanco, y todas las de color oscuro entre las ovejas, y las puso en manos de sus hijos;
  36   Y puso tres días de camino entre sí y Jacob: y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán.
  37   Y se tomó Jacob varas de álamo verdes y de avellano, y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas.
  38   Y puso las varas que había mondado en las pilas, delante del ganado, en los abrevaderos del agua donde venían a beber las ovejas, las cuales se recalentaban viniendo a beber.
  39   Y concebían las ovejas delante de las varas, y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores.
  40   Y apartaba Jacob los corderos, y los ponían con su rebaño, los listados, y todo lo que era oscuro en el hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán.
  41   Y sucedía que cuantas veces se recalentaban las más fuertes, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en las pilas, para que concibiesen a la vista de las varas.
  42   Y cuando las ovejas eran débiles, no ponía las varas; así las débiles eran para Labán, y las fuertes para Jacob.
  43   Y se engrandeció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos.

 
Génesis 31
 
  1   Y oía él las palabras de los hijos de Labán que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta grandeza.
  2   Miraba también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para con él como ayer y antes de ayer.
  3   Y arreció la batalla contra Saúl, y los arqueros le alcanzaron, y fue gravemente herido por los arqueros.
  4   Y envió Jacob, y llamó a Raquel y a Lea al campo a sus ovejas,
  5   y les dijo: Veo que el semblante de vuestro padre no es para conmigo como antes; mas el Dios de mi padre ha sido conmigo.
  6   Y vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre:
  7   Y vuestro padre me ha engañado, y me ha mudado el salario diez veces; pero Dios no le ha permitido que me hiciese mal.
  8   Si él decía así: Los pintados serán tu salario; entonces todas las ovejas parían pintados: y si decía así: Los listados serán tu salario; entonces todas las ovejas parían listados.
  9   Así quitó Dios el ganado de vuestro padre, y me lo dio a mí.
  10   Y sucedió que al tiempo que las ovejas se apareaban, alcé yo mis ojos y miré en sueños, y he aquí los machos que cubrían a las hembras eran listados, pintados y abigarrados.
  11   Y me dijo el Ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí.
  12   Y Él dijo: Alza ahora tus ojos, y mira; todos los machos que cubren a las ovejas son listados, pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.
  13   Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste el título, y donde me hiciste un voto. Levántate ahora, y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tus padres.
  14   Y respondió Raquel y Lea, y le dijeron: ¿Acaso tenemos todavía parte o heredad en la casa de nuestro padre?
  15   ¿No nos tiene ya como por extrañas, pues que nos vendió, y aun se ha comido del todo nuestro precio?
  16   Porque toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre, nuestra es y de nuestros hijos; ahora pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.
  17   Entonces se levantó Jacob, y subió a sus hijos y a sus esposas sobre los camellos.
  18   Y puso en camino todo su ganado, y todos sus bienes que había adquirido, el ganado de su ganancia que había obtenido en Padan-aram, para volverse a Isaac su padre en la tierra de Canaán.
  19   Y Labán había ido a trasquilar sus ovejas: y Raquel hurtó los ídolos de su padre.
  20   Y Jacob engañó a Labán el arameo, al no decirle que se huía.
  21   Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó, y pasó el río, y puso su rostro hacia el monte de Galaad.
  22   Y al tercer día fue dicho a Labán que Jacob había huido.
  23   Entonces tomó a sus hermanos consigo, y fue tras él camino de siete días, y le alcanzó en el monte de Galaad.
  24   Y vino Dios a Labán arameo en sueños aquella noche, y le dijo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente.
  25   Alcanzó, pues, Labán a Jacob, y éste había fijado su tienda en el monte: y Labán acampó con sus hermanos en el monte de Galaad.
  26   Y dijo Labán a Jacob: ¿Qué has hecho, que me has engañado, y has traído a mis hijas como cautivas a espada?
  27   ¿Por qué te escondiste para huir, y me hurtaste; y no me lo hiciste saber para que yo te enviara con alegría y con cantares, con tamborín y arpa?
  28   Y ni siquiera me dejaste besar mis hijos y mis hijas. Ahora locamente has hecho.
  29   Poder hay en mi mano para haceros mal; mas el Dios de vuestro padre me habló anoche diciendo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente.
  30   Y ya que te ibas, porque tenías deseo de la casa de tu padre, ¿por qué me hurtaste mis dioses?
  31   Y Jacob respondió, y dijo a Labán: Porque tuve miedo; pues dije, que quizás me quitarías por fuerza tus hijas.
  32   En quien hallares tus dioses, no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tuviere tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había hurtado.
  33   Y entró Labán en la tienda de Jacob, y en la tienda de Lea, y en la tienda de las dos siervas, y no los halló, y salió de la tienda de Lea, y vino a la tienda de Raquel.
  34   Y tomó Raquel los ídolos, y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y buscó Labán por toda la tienda pero no los halló.
  35   Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; pues estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.
  36   Entonces Jacob se enojó, y discutió con Labán; y respondió Jacob y dijo a Labán: ¿Cuál es mi transgresión? ¿Cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi persecución?
  37   Pues que has buscado en todas mis cosas, ¿qué has hallado de todas las alhajas de tu casa? Ponlo aquí delante de mis hermanos y de tus hermanos, y juzguen entre nosotros.
  38   Estos veinte años he estado contigo: tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas.
  39   Nunca te traje lo arrebatado por las fieras; yo pagaba el daño; lo hurtado así de día como de noche, de mi mano lo requerías.
  40   De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño se huía de mis ojos.
  41   Así he estado veinte años en tu casa: catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado; y has mudado mi salario diez veces.
  42   Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham, y el temor de Isaac, no fuera conmigo, de cierto me enviarías ahora vacío; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.
  43   Y respondió Labán, y dijo a Jacob: Las hijas son hijas mías, y los hijos, hijos míos son, y las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿y qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus hijos que ellas han dado a luz?
  44   Ven, pues, ahora, hagamos alianza tú y yo; y sea en testimonio entre nosotros dos.
  45   Entonces Jacob tomó una piedra, y la levantó por título.
  46   Y dijo Jacob a sus hermanos: Recoged piedras. Y tomaron piedras e hicieron un majano; y comieron allí sobre aquel majano.
  47   Y lo llamó Labán Jegar Sahaduta; y lo llamó Jacob Galaad.
  48   Porque Labán dijo: Este majano es testigo hoy entre tú y yo; por eso fue llamado su nombre Galaad.
  49   Y Mizpa, por cuanto dijo: Atalaye Jehová entre tú y yo, cuando nos hayamos apartado el uno del otro.
  50   Si afligieres a mis hijas, o si tomares otras esposas además de mis hijas, nadie está con nosotros; mira, Dios es testigo entre tú y yo.
  51   Dijo más Labán a Jacob: He aquí este majano, y he aquí este título, que he erigido entre tú y yo.
  52   Testigo sea este majano, y testigo sea este título, que ni yo pasaré contra ti este majano, ni tú pasarás contra mi este majano ni este título, para mal.
  53   El Dios de Abraham, y el Dios de Nacor juzgue entre nosotros, el Dios de sus padres. Y Jacob juró por el temor de Isaac su padre.
  54   Entonces Jacob ofreció un sacrificio en el monte y llamó a sus hermanos a comer pan; y comieron pan, y pasaron aquella noche en el monte.
  55   Y levantándose muy de mañana, Labán besó a sus hijos y a sus hijas, y los bendijo. Luego partió Labán y regresó a su lugar.

 
Génesis 32
 
  1   Y Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios.
  2   Y dijo Jacob cuando los vio: El campamento de Dios es éste; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim.
  3   Y envió Jacob mensajeros delante de sí a Esaú su hermano, a la tierra de Seir, campo de Edom.
  4   Y les mandó diciendo: Así diréis a mí señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: Con Labán he morado, y he estado allí hasta ahora;
  5   Y tengo vacas, y asnos, y ovejas, y siervos y siervas; y envío a decirlo a mi señor, por hallar gracia en tus ojos.
  6   Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Vinimos a tu hermano Esaú, y él también vino a recibirte, y cuatrocientos hombres con él.
  7   Entonces Jacob tuvo gran temor, y se angustió; y dividió al pueblo que tenía consigo en dos campamentos, y las ovejas y las vacas y los camellos;
  8   Y dijo: Si viniere Esaú contra un campamento y lo hiriere, el otro campamento escapará.
  9   Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Jehová, que me dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien.
  10   No soy digno de la más pequeña de todas las misericordias, y de toda la verdad que has usado para con tu siervo; que con mi bordón pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos.
  11   Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga quizá, y me hiera a mí, y a la madre con los hijos.
  12   Y tú has dicho: Ciertamente yo te haré bien, y pondré tu simiente como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.
  13   Y durmió allí aquella noche, y tomó de lo que le vino a la mano un presente para su hermano Esaú.
  14   Doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros,
  15   treinta camellas paridas, con sus crías, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez borricos.
  16   Y lo entregó en mano de sus siervos, cada manada de por sí; y dijo a sus siervos: Pasad delante de mí, y poned espacio entre manada y manada.
  17   Y mandó al primero, diciendo: Si Esaú mi hermano te encontrare, y te preguntare, diciendo: ¿De quién eres? ¿Y adónde vas? ¿Y para quién es esto que llevas delante de ti?
  18   Entonces dirás: Presente es de tu siervo Jacob, que envía a mi señor Esaú; y he aquí también él viene tras nosotros.
  19   Y mandó también al segundo, y al tercero, y a todos los que iban tras aquellas manadas, diciendo: Conforme a esto hablaréis a Esaú, cuando le hallareis.
  20   Y diréis también: He aquí tu siervo Jacob viene tras nosotros. Porque dijo: Apaciguaré su ira con el presente que va delante de mí, y después veré su rostro; quizá le seré acepto.
  21   Y pasó el presente delante de él; y él durmió aquella noche en el campamento.
  22   Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos esposas, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc.
  23   Los tomó, pues, y los hizo pasar el arroyo, e hizo pasar lo que tenía.
  24   Y Jacob se quedó solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.
  25   Y como vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.
  26   Y dijo: Déjame, que raya el alba. Y él dijo: No te dejaré, si no me bendices.
  27   Y Él le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.
  28   Y Él dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque como príncipe has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
  29   Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y Él respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.
  30   Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.
  31   Y le salió el sol pasado que hubo a Peniel; y cojeaba de su cadera.
  32   Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo.

 
Génesis 33
 
  1   Y alzando Jacob sus ojos miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas.
  2   Y puso las siervas y sus niños delante; luego a Lea y a sus niños; y a Raquel y a José los postreros.
  3   Y él pasó delante de ellos, y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano.
  4   Y Esaú corrió a su encuentro, y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron.
  5   Y alzó sus ojos, y vio las mujeres y los niños, y dijo: ¿Quiénes son éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios ha dado a tu siervo.
  6   Y luego se acercaron las siervas, ellas y sus niños, y se inclinaron.
  7   Y Lea también se acercó con sus niños, y se inclinaron; y después llegó José y Raquel, y también se inclinaron.
  8   Y él dijo: ¿Qué te propones con todas estas cuadrillas que he encontrado? Y él respondió: El hallar gracia en los ojos de mi señor.
  9   Y dijo Esaú: Suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.
  10   Y dijo Jacob: No, yo te ruego, si he hallado ahora gracia en tus ojos, toma mi presente de mi mano, pues que he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios; y te has contentado conmigo.
  11   Toma, te ruego, mi dádiva que te es traída; porque Dios me ha favorecido, y tengo lo suficiente. Y porfió con él, y la tomó.
  12   Y dijo: Anda, y vamos; y yo iré delante de ti.
  13   Y él le dijo: Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que tengo ovejas y vacas paridas; y si las fatigan, en un día morirán todas las ovejas.
  14   Pase ahora mi señor delante de su siervo, y yo me iré poco a poco al paso del ganado que va delante de mí, y al paso de los niños, hasta que llegue a mi señor a Seir.
  15   Y Esaú dijo: Permíteme ahora dejar contigo algunos de los que vienen conmigo. Y él dijo: ¿Para qué esto? halle yo gracia en los ojos de mi señor.
  16   Así volvió Esaú aquel día por su camino a Seir.
  17   Y Jacob se fue a Sucot, y edificó allí casa para sí, e hizo cabañas para su ganado; por tanto, llamó el nombre de aquel lugar Sucot.
  18   Y Jacob vino a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de Padan-aram; y acampó delante de la ciudad.
  19   Y compró una parte del campo, donde tendió su tienda, de mano de los hijos de Hamor, padre de Siquem, por cien monedas.
  20   Y erigió allí un altar, y le llamó: El Poderoso Dios de Israel.

 
Génesis 34
 
  1   Y salió Dina la hija de Lea, la cual ésta había dado a luz a Jacob, a ver las hijas del país.
  2   Y cuando la vio Siquem, hijo de Hamor heveo, príncipe de aquella tierra, la tomó, y se acostó con ella, y la deshonró.
  3   Y su alma se apegó a Dina la hija de Lea, y se enamoró de la doncella, y habló al corazón de la doncella.
  4   Y habló Siquem a Hamor su padre, diciendo: Tómame por esposa a esta doncella.
  5   Y oyó Jacob que Siquem había amancillado a Dina su hija: y estando sus hijos con su ganando en el campo, calló Jacob hasta que ellos viniesen.
  6   Y se dirigió Hamor padre de Siquem a Jacob, para hablar con él.
  7   Y los hijos de Jacob vinieron del campo cuando lo supieron; y se entristecieron los varones, y se llenaron de ira, porque hizo vileza en Israel acostándose con la hija de Jacob, lo que no se debía haber hecho.
  8   Y Hamor habló con ellos, diciendo: El alma de mi hijo Siquem se ha apegado a vuestra hija; os ruego que se la deis por esposa.
  9   Y emparentad con nosotros; dadnos vuestras hijas, y tomad vosotros las nuestras.
  10   Y habitad con nosotros; porque la tierra estará delante de vosotros; morad y negociad en ella, y tomad en ella posesión.
  11   Siquem también dijo al padre y a los hermanos de ella: Halle yo gracia en vuestros ojos, y daré lo que me dijereis.
  12   Aumentad a cargo mío mucha dote y dones, que yo daré cuanto me dijereis, y dadme a la doncella por esposa.
  13   Y respondieron los hijos de Jacob a Siquem y a Hamor su padre con palabras engañosas, por cuanto él había amancillado a Dina su hermana.
  14   Y les dijeron: No podemos hacer esto de dar nuestra hermana a hombre incircunciso; porque entre nosotros es una deshonra.
  15   Mas con esta condición consentiremos con vosotros: Si habéis de ser como nosotros, que se circuncide todo varón de entre vosotros.
  16   Entonces os daremos nuestras hijas, y nosotros tomaremos las vuestras; y habitaremos con vosotros, y seremos un solo pueblo.
  17   Pero si no nos prestareis oído para circuncidaros, entonces tomaremos a nuestra hija y nos iremos.
  18   Y parecieron bien sus palabras a Hamor y a Siquem, hijo de Hamor.
  19   Y no tardó el joven en hacer aquello, porque la hija de Jacob le había agradado; y él era el más honorable de toda la casa de su padre.
  20   Entonces Hamor y Siquem su hijo vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron a los varones de su ciudad, diciendo:
  21   Estos varones son pacíficos con nosotros, y habitarán en el país, y negociarán en él; pues he aquí la tierra es bastante ancha para ellos; nosotros tomaremos sus hijas por esposas, y les daremos las nuestras.
  22   Mas con una condición consentirán estos hombres en habitar con nosotros, para que seamos un pueblo; si se circuncida en nosotros todo varón, así como ellos son circuncidados.
  23   Sus ganados, sus bienes y todas sus bestias serán nuestros; solamente convengamos con ellos, y habitarán con nosotros.
  24   Y obedecieron a Hamor y a Siquem su hijo todos los que salían por la puerta de la ciudad, y circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por la puerta de su ciudad.
  25   Y sucedió que al tercer día, cuando sentían ellos el mayor dolor, los dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y vinieron contra la ciudad osadamente, y mataron a todo varón.
  26   Y a Hamor y a Siquem su hijo los mataron a filo de espada: y tomaron a Dina de casa de Siquem, y se salieron.
  27   Y los hijos de Jacob vinieron a los muertos y saquearon la ciudad; por cuanto habían amancillado a su hermana.
  28   Tomaron sus ovejas y vacas y sus asnos, y lo que había en la ciudad y en el campo,
  29   y todos sus bienes; se llevaron cautivos a todos sus niños y sus esposas, y saquearon todo lo que había en casa.
  30   Entonces dijo Jacob a Simeón y a Leví: Me habéis turbado con hacerme abominable a los moradores de esta tierra, el cananeo y el ferezeo; y teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí, y me herirán, y seré destruido yo y mi casa.
  31   Y ellos respondieron ¿Había él de tratar a nuestra hermana como a una ramera?

 
Génesis 35
 
  1   Y dijo Dios a Jacob: Levántate, sube a Betel, y quédate allí; y haz allí un altar a Dios, que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.
  2   Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestras vestiduras.
  3   Y levantémonos, y subamos a Betel; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha sido conmigo en el camino que he andado.
  4   Así dieron a Jacob todos los dioses ajenos que había en poder de ellos, y los zarcillos que estaban en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de una encina, que estaba junto a Siquem.
  5   Y partieron, y el terror de Dios fue sobre las ciudades que había en sus alrededores, y no siguieron tras los hijos de Jacob.
  6   Y llegó Jacob a Luz, que está en tierra de Canaán ( ésta es Betel ), él y todo el pueblo que con él estaba.
  7   Y edificó allí un altar, y llamó el lugar El-Betel, porque allí le había aparecido Dios, cuando huía de su hermano.
  8   Entonces murió Débora, ama de Rebeca, y fue sepultada a las raíces de Betel, debajo de una encina: y se llamó su nombre Alon-Bacut.
  9   Y se apareció otra vez Dios a Jacob, cuando se había vuelto de Padan-aram, y le bendijo.
  10   Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre: y llamó su nombre Israel.
  11   Y le dijo Dios: Yo soy Dios Omnipotente; crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos:
  12   Y la tierra que yo he dado a Abraham y a Isaac, la daré a ti: y a tu simiente después de ti daré la tierra.
  13   Y se fue de él Dios, del lugar donde con él había hablado.
  14   Y Jacob erigió un título en el lugar donde había hablado con él, un título de piedra, y derramó sobre él libación, y echó sobre él aceite.
  15   Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar donde Dios había hablado con él, Betel.
  16   Y partieron de Betel, y había aún como media legua de tierra para llegar a Efrata, cuando dio a luz Raquel, y hubo trabajo en su parto.
  17   Y aconteció, que como había trabajo en su parto, le dijo la partera: No temas, que también tendrás este hijo.
  18   Y aconteció que al salírsele el alma ( pues murió ), llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín.
  19   Así murió Raquel, y fue sepultada en el camino del Efrata, la cual es Belén.
  20   Y puso Jacob un título sobre su sepultura; éste es el título de la sepultura de Raquel hasta hoy.
  21   Y partió Israel, y tendió su tienda al otro lado de Migdaleder.
  22   Y aconteció, morando Israel en aquella tierra, que fue Rubén y durmió con Bilha la concubina de su padre; lo cual escuchó Israel. Ahora bien, los hijos de Israel fueron doce:
  23   Los hijos de Lea: Rubén el primogénito de Jacob, y Simeón, y Leví, y Judá, e Isacar, y Zabulón.
  24   Los hijos de Raquel: José, y Benjamín.
  25   Y los hijos de Bilha, sierva de Raquel: Dan, y Neftalí.
  26   Y los hijos de Zilpa, sierva de Lea: Gad, y Aser. Éstos fueron los hijos de Jacob, que le nacieron en Padan-aram.
  27   Y vino Jacob a Isaac su padre a Mamre, a la ciudad de Arba, que es Hebrón, donde habitaron Abraham e Isaac.
  28   Y fueron los días de Isaac ciento ochenta años.
  29   Y exhaló Isaac el espíritu, y murió, y fue reunido a su pueblo, viejo y lleno de días; y sus hijos Esaú y Jacob lo sepultaron.

 
Génesis 36
 
  1   Y éstas son las generaciones de Esaú, el cual es Edom.
  2   Esaú tomó sus esposas de las hijas de Canaán: a Ada, hija de Elón heteo, y a Aholibama, hija de Ana, hija de Zibeón el heveo;
  3   Y a Basemat, hija de Ismael, hermana de Nebaiot.
  4   Y de Esaú Ada dio a luz a Elifaz; y Basemat dio a luz a Reuel.
  5   Y Aholibama dio a luz a Jeús, y a Jaalam, y a Coré; éstos son los hijos de Esaú, que le nacieron en la tierra de Canaán.
  6   Y Esaú tomó sus esposas, sus hijos y sus hijas, y todas las personas de su casa, y sus ganados, y todas sus bestias, y todos sus bienes que había adquirido en la tierra de Canaán, y se fue a otra tierra, lejos de su hermano Jacob.
  7   Porque los bienes de ellos eran tantos que no podían habitar juntos, y la tierra de su peregrinación no los podía sostener a causa de sus ganados.
  8   Y Esaú habitó en el monte de Seir; Esaú es Edom.
  9   Éstos son los linajes de Esaú, padre de Edom, en el monte de Seir.
  10   Éstos son los nombres de los hijos de Esaú: Elifaz, hijo de Ada, esposa de Esaú; Reuel, hijo de Basemat, esposa de Esaú.
  11   Y los hijos de Elifaz fueron Temán, Omar, Zefo, Gatam, y Cenaz.
  12   Y Timna fue concubina de Elifaz, hijo de Esaú, la cual le dio a luz a Amalec; éstos son los hijos de Ada, esposa de Esaú.
  13   Y los hijos de Reuel fueron Nahat, Zera, Sama, y Miza; éstos son los hijos de Basemat, esposa de Esaú.
  14   Éstos fueron los hijos de Aholibama, esposa de Esaú, hija de Ana, que fue hija de Zibeón; ella dio a luz de Esaú, a Jeús, a Jaalam y a Coré.
  15   Éstos son los duques de los hijos de Esaú. Hijos de Elifaz, primogénito de Esaú: el duque Temán, el duque Omar, el duque Zefo, el duque Cenaz,
  16   El duque Coré, el duque Gatam, y el duque Amalec; éstos son los duques de Elifaz en la tierra de Edom; éstos fueron los hijos de Ada.
  17   Y éstos son los hijos de Reuel, hijo de Esaú: el duque Nahat, el duque Zera, el duque Sama, y el duque Miza; éstos son los duques de la línea de Reuel en la tierra de Edom; estos hijos vienen de Basemat, esposa de Esaú.
  18   Y éstos son los hijos de Aholibama, esposa de Esaú; el duque Jeús, el duque Jaalam, y el duque Coré; éstos fueron los duques que salieron de Aholibama, esposa de Esaú, hija de Ana.
  19   Éstos, pues, son los hijos de Esaú, y sus duques; él es Edom.
  20   Y éstos son los hijos de Seir horeo, moradores de aquella tierra: Lotán, Sobal, Zibeón, Ana,
  21   Disón, Ezer, y Disán: éstos son los duques de los horeos, hijos de Seir en la tierra de Edom.
  22   Los hijos de Lotán fueron Hori y Hemán; y Timna fue hermana de Lotán.
  23   Y los hijos de Sobal fueron Alván, Manahat, Ebal, Sefo, y Onam.
  24   Y los hijos de Zibeón fueron Aja, y Ana. Este Ana es el que descubrió los mulos en el desierto, cuando apacentaba los asnos de Zibeón su padre.
  25   Los hijos de Ana fueron Disón, y Aholibama, hija de Ana.
  26   Y éstos fueron los hijos de Disón: Hemdán, Esbán, Itrán, y Querán.
  27   Y éstos fueron los hijos de Ezer: Bilhán, Zaaván, y Acán.
  28   Éstos fueron los hijos de Disán: Uz, y Arán.
  29   Y éstos fueron los duques de los horeos; el duque Lotán, el duque Sobal, el duque Zibeón, el duque Ana.
  30   El duque Disón, el duque Ezer, el duque Disán; éstos fueron los duques de los horeos; por sus ducados en la tierra de Seir.
  31   Y los reyes que reinaron en la tierra de Edom, antes que reinase rey sobre los hijos de Israel, fueron éstos:
  32   Bela, hijo de Beor, reinó en Edom; y el nombre de su ciudad fue Dinaba.
  33   Y murió Bela, y reinó en su lugar Jobab, hijo de Zera, de Bosra.
  34   Y murió Jobab, y en su lugar reinó Husam, de tierra de Temán.
  35   Y murió Husam, y reinó en su lugar Hadad, hijo de Bedad, el que hirió a Madián en el campo de Moab: y el nombre de su ciudad fue Avit.
  36   Y murió Hadad, y en su lugar reinó Samla, de Masreca.
  37   Y murió Samla, y reinó en su lugar Saúl, de Rehobot junto al río.
  38   Y murió Saúl, y en lugar suyo reinó Baal-hanán, hijo de Acbor.
  39   Y murió Baal-hanán, hijo de Acbor, y reinó Hadar en lugar suyo; y el nombre de su ciudad fue Pau; y el nombre de su esposa, Mehetabel, hija de Matred, hija de Mezaab.
  40   Éstos, pues, son los nombres de los duques de Esaú por sus linajes, por sus lugares, y sus nombres: el duque Timna, el duque Alva, el duque Jetet,
  41   el duque Aholibama, el duque Ela, el duque Pinón,
  42   el duque Cenaz, el duque Temán, el duque Mibzar,
  43   el duque Magdiel, y el duque Iram. Éstos fueron los duques de Edom por sus habitaciones en la tierra de su posesión. Edom es el mismo Esaú, padre de los edomitas.

 
Génesis 37
 
  1   Y habitó Jacob en la tierra donde peregrinó su padre, en la tierra de Canaán.
  2   Éstas fueron las generaciones de Jacob. José, siendo de edad de diecisiete años apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha, y con los hijos de Zilpa, esposas de su padre; y José informaba a su padre la mala fama de ellos.
  3   Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque le había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores.
  4   Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no le podían hablar pacíficamente.
  5   Y soñó José un sueño y lo contó a sus hermanos; y ellos vinieron a aborrecerle más todavía.
  6   Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:
  7   He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba, y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor, y se inclinaban al mío.
  8   Y le respondieron sus hermanos: ¿Has de reinar tú sobre nosotros, o te has de enseñorear sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y de sus palabras.
  9   Y soñó aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.
  10   Y lo contó a su padre y a sus hermanos: y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es éste que soñaste? ¿Hemos de venir yo y tu madre, y tus hermanos, a inclinarnos a ti a tierra?
  11   Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre guardaba aquellas palabras.
  12   Y fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem.
  13   Y dijo Israel a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí.
  14   Y él le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem.
  15   Y lo halló un hombre, andando él extraviado por el campo, y le preguntó aquel hombre, diciendo: ¿Qué buscas?
  16   Y él respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres dónde apacientan sus ovejas.
  17   Y aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán.
  18   Y como ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle.
  19   Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador;
  20   Venid, pues, ahora; matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia le devoró; y veremos qué será de sus sueños.
  21   Y como Rubén oyó esto, lo libró de sus manos y dijo: No lo matemos.
  22   Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre.
  23   Y sucedió que, cuando llegó José a sus hermanos, ellos hicieron desnudar a José su ropa, la ropa de colores que tenía sobre sí;
  24   y lo tomaron, y lo echaron en la cisterna; mas la cisterna estaba vacía, no había en ella agua.
  25   Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas y bálsamo y mirra, e iban para llevarlo a Egipto.
  26   Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte?
  27   Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; que nuestro hermano es nuestra carne. Y sus hermanos acordaron con él.
  28   Y como pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.
  29   Y Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José dentro, y rasgó sus vestiduras.
  30   Y volvió a sus hermanos y dijo: El joven no aparece; y yo, ¿adónde iré yo?
  31   Entonces tomaron ellos la túnica de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre;
  32   y enviaron la túnica de colores y la trajeron a su padre, y dijeron: Esto hemos hallado, reconoce ahora si es o no la túnica de tu hijo.
  33   Y él la reconoció, y dijo: La túnica de mi hijo es; alguna mala bestia le devoró; José ha sido despedazado.
  34   Entonces Jacob rasgó sus vestiduras, y puso cilicio sobre sus lomos, y se enlutó por su hijo muchos días.
  35   Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; pero él no quiso recibir consuelo, y dijo: Porque yo descenderé enlutado a mi hijo hasta la sepultura. Y lo lloró su padre.
  36   Y los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia.

 
Génesis 38
 
  1   Y aconteció en aquel tiempo, que Judá descendió de donde estaban sus hermanos, y se fue a un varón adulamita, que se llamaba Hira.
  2   Y Judá vio allí a la hija de un hombre cananeo, el cual se llamaba Súa; y la tomó, y entró a ella.
  3   La cual concibió, y dio a luz un hijo; y llamó su nombre Er.
  4   Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Onán.
  5   Y volvió a concebir, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Sela. Y estaba en Quezib cuando lo dio a luz.
  6   Y Judá tomó esposa para su primogénito Er, la cual se llamaba Tamar.
  7   Y Er, el primogénito de Judá, fue malo ante los ojos de Jehová, y Jehová le quitó la vida.
  8   Entonces Judá dijo a Onán: Entra a la esposa de tu hermano, y despósate con ella, y levanta simiente a tu hermano.
  9   Y sabiendo Onán que la simiente no había de ser suya, sucedía que cuando entraba a la esposa de su hermano vertía en tierra, por no dar simiente a su hermano.
  10   Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacía, y a él también le quitó la vida.
  11   Y Judá dijo a Tamar su nuera: Quédate viuda en casa de tu padre, hasta que crezca Sela mi hijo; porque dijo: No sea que como sus hermanos también él muera. Y se fue Tamar, y moró en la casa de su padre.
  12   Y pasaron muchos días, y murió la hija de Súa, esposa de Judá; y Judá se consoló, y subía a los trasquiladores de sus ovejas a Timnat, él y su amigo Hira el adulamita.
  13   Y fue dado aviso a Tamar, diciendo: He aquí tu suegro sube a Timnat a trasquilar sus ovejas.
  14   Entonces ella se quitó los vestidos de su viudez, y se cubrió con un velo, y se arrebozó, y se puso a la puerta de las Aguas que está junto al camino de Timnat; porque veía que había crecido Sela, y ella no era dada a él por esposa.
  15   Y cuando la vio Judá, pensó que era una ramera, porque ella había cubierto su rostro.
  16   Y se apartó del camino hacia ella, y le dijo: Vamos, déjame ahora entraré a ti; pues no sabía que era su nuera; y ella dijo: ¿Qué me darás, si te allegares a mí?
  17   Él respondió: Yo te enviaré del ganado un cabrito de las cabras. Y ella dijo: ¿Me darás prenda hasta que lo envíes?
  18   Entonces él dijo: ¿Qué prenda te daré? Ella respondió: Tu anillo, y tu manto, y tu bordón que tienes en tu mano. Y él se los dio, y entró a ella, la cual concibió de él.
  19   Entonces ella se levantó, y se fue: y se quitó el velo de sobre sí, y se vistió las ropas de su viudez.
  20   Y Judá envió el cabrito de las cabras por mano de su amigo el adulamita, para que tomase la prenda de mano de la mujer; mas no la halló.
  21   Y preguntó a los hombres de aquel lugar, diciendo: ¿Dónde está la ramera de las aguas junto al camino? Y ellos le dijeron: Aquí no ha estado ninguna ramera.
  22   Entonces él se volvió a Judá, y dijo: No la he hallado; y también los hombres del lugar dijeron: Ninguna ramera ha estado aquí.
  23   Y Judá dijo: Tómeselo para sí, para que no seamos menospreciados; he aquí yo he enviado este cabrito, y tú no la hallaste.
  24   Y aconteció que al cabo de unos tres meses fue dado aviso a Judá, diciendo: Tamar tu nuera ha fornicado, y he aquí que está encinta de las fornicaciones. Y Judá dijo: Sacadla, y sea quemada.
  25   Y cuando la sacaban, ella envió a decir a su suegro: Del varón cuyas son estas cosas, estoy encinta: También dijo: Mira ahora cuyas son estas cosas, el anillo, y el manto, y el bordón.
  26   Entonces Judá los reconoció, y dijo: Más justa es que yo, por cuanto no la he dado a Sela mi hijo. Y nunca más la conoció.
  27   Y aconteció que al tiempo de dar a luz, he aquí había dos en su vientre.
  28   Y sucedió que cuando daba a luz, uno de ellos sacó la mano, y la partera tomó y ató a su mano un hilo de grana, diciendo: Éste salió primero.
  29   Y aconteció que tornando él a meter la mano, he aquí su hermano salió; y ella dijo: ¿Por qué has hecho sobre ti rotura? Y llamó su nombre Fares.
  30   Y después salió su hermano, el que tenía en su mano el hilo de grana, y llamó su nombre Zara.

 
Génesis 39
 
  1   Y José fue llevado a Egipto; y Potifar, oficial de Faraón, capitán de los de la guardia, varón egipcio, lo compró de mano de los ismaelitas que lo habían llevado allá.
  2   Mas Jehová fue con José, y fue varón prosperado: y estaba en la casa de su señor el egipcio.
  3   Y vio su señor que Jehová era con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano.
  4   Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa, y entregó en su poder todo lo que tenía.
  5   Y aconteció que, desde cuando le dio el encargo de su casa, y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José; y la bendición de Jehová fue sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.
  6   Y dejó todo lo que tenía en mano de José; y él no se preocupaba de nada sino del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia.
  7   Y aconteció después de esto, que la esposa de su señor puso sus ojos en José, y dijo: Acuéstate conmigo.
  8   Y él no quiso, y dijo a la esposa de su señor: He aquí que mi señor no sabe conmigo lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene:
  9   No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su esposa; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?
  10   Y fue que, hablando ella a José cada día, que él no la escuchó para acostarse al lado de ella, o para estar con ella.
  11   Y sucedió que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí.
  12   Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Acuéstate conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.
  13   Y aconteció que cuando vio ella que le había dejado su ropa en sus manos, y había huido fuera,
  14   llamó a los de casa, y les habló, diciendo: Mirad, nos ha traído un hebreo, para que hiciese burla de nosotros. Vino él a mí para acostarse conmigo, y yo di grandes voces;
  15   y viendo que yo alzaba la voz y gritaba, dejó junto a mí su ropa, y huyó fuera.
  16   Y ella puso junto a sí la ropa de él, hasta que vino su señor a su casa.
  17   Entonces le habló ella semejantes palabras, diciendo: El siervo hebreo que nos trajiste, vino a mí para deshonrarme;
  18   Y como yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí, y huyó fuera.
  19   Y sucedió que como oyó su señor las palabras que su esposa le hablaba, diciendo: Así me ha tratado tu siervo; se encendió su furor.
  20   Y tomó su señor a José, y le puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel.
  21   Pero Jehová fue con José, y extendió a él su misericordia, y le dio gracia en ojos del jefe de la cárcel.
  22   Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que hacían allí, él lo dirigía.
  23   No veía el jefe de la cárcel cosa alguna que en su mano estaba; porque Jehová era con él, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.

Retorno