Salmos 21-30


 
Salmos 21
 
  1   «Al Músico principal: Salmo de David» Se alegrará el rey en tu fortaleza, oh Jehová; y en tu salvación se gozará mucho.
  2   El deseo de su corazón le has concedido, y no le has negado la petición de sus labios. ( Selah )
  3   Pues le has salido al encuentro con bendiciones de bien; corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.
  4   Vida te demandó, y le diste largura de días eternamente y para siempre.
  5   Grande es su gloria en tu salvación; honra y majestad has puesto sobre él.
  6   Porque lo has bendecido para siempre; lo llenaste de alegría con tu rostro.
  7   Por cuanto el rey confía en Jehová, y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.
  8   Alcanzará tu mano a todos tus enemigos; tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.
  9   Los pondrás como horno de fuego en el tiempo de tu ira: Jehová los deshará en su furor, y fuego los consumirá.
  10   Su fruto destruirás de la tierra, y su simiente de entre los hijos de los hombres.
  11   Porque intentaron el mal contra ti; fraguaron maquinaciones, mas no prevalecerán.
  12   Pues tú los pondrás en fuga, cuando aprestares en tus cuerdas las saetas contra sus rostros.
  13   Engrandécete, oh Jehová, con tu poder: Cantaremos y alabaremos tu poderío.

 
Salmos 22
 
  1   «Al Músico principal, sobre Ajelet-sahar. Salmo de David» Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
  2   Dios mío, clamo de día, y no me escuchas; y de noche, y no hay para mí sosiego.
  3   Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
  4   En ti esperaron nuestros padres: Esperaron, y tú los libraste.
  5   Clamaron a ti, y fueron librados; confiaron en ti, y no fueron avergonzados.
  6   Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
  7   Todos los que me ven, se burlan de mí; estiran los labios, menean la cabeza, diciendo:
  8   Confió en Jehová, líbrele Él; sálvele, puesto que en Él se complacía.
  9   Pero tú eres el que me sacó del vientre; Me hiciste estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
  10   Sobre ti fui echado desde la matriz; desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.
  11   No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quien ayude.
  12   Me han rodeado muchos toros; fuertes toros de Basán me han cercado.
  13   Abrieron sobre mí su boca, como león rapaz y rugiente.
  14   Estoy derramado como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron: Mi corazón es como cera, derretido en medio de mis entrañas.
  15   Se secó como un tiesto mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar; y me has puesto en el polvo de la muerte.
  16   Porque perros me han rodeado, me ha cercado cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies.
  17   Contar puedo todos mis huesos; ellos me miran, y me observan.
  18   Repartieron entre sí mi vestidura, y sobre mi ropa echaron suertes.
  19   Mas tú, oh Jehová, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme.
  20   Libra de la espada mi alma; del poder del perro mi vida.
  21   Sálvame de la boca del león, porque tú me has escuchado de los cuernos de los unicornios.
  22   Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.
  23   Los que teméis a Jehová, alabadle; glorificadle, simiente toda de Jacob; y temedle, vosotros, simiente toda de Israel.
  24   Porque no menospreció ni abominó la aflicción del pobre, ni de él escondió su rostro; sino que cuando clamó a Él, le oyó.
  25   De ti será mi alabanza en la gran congregación; mis votos pagaré delante de los que le temen.
  26   Comerán los pobres, y serán saciados: Alabarán a Jehová los que le buscan: Vivirá vuestro corazón para siempre.
  27   Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los términos de la tierra; y adorarán delante de ti todas las familias de las naciones.
  28   Porque de Jehová es el reino; y Él señorea sobre las naciones.
  29   Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra; se postrarán delante de Él todos los que descienden al polvo, si bien ninguno puede conservar la vida de su propia alma.
  30   La posteridad le servirá; Esto será contado de Jehová por una generación.
  31   Vendrán, y anunciarán su justicia a un pueblo que ha de nacer, le dirán que Él hizo esto.

 
Salmos 23
 
  1   «Salmo de David. » Jehová es mi pastor; nada me faltará.
  2   En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará.
  3   Restaurará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
  4   Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
  5   Aderezas mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
  6   Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa de Jehová moraré por largos días.

 
Salmos 24
 
  1   «Salmo de David» De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan.
  2   Porque Él la fundó sobre los mares, y la afirmó sobre los ríos.
  3   ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?
  4   El limpio de manos, y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a la vanidad, ni jurado con engaño.
  5   Él recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de su salvación.
  6   Tal es la generación de los que le buscan, de los que buscan tu rostro, oh Jacob. ( Selah )
  7   Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria.
  8   ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla.
  9   Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria.
  10   ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, Él es el Rey de gloria. ( Selah )

 
Salmos 25
 
  1   «Salmo de David» A ti, oh Jehová, levantaré mi alma.
  2   Dios mío, en ti confío; no sea yo avergonzado, no se alegren de mí mis enemigos.
  3   Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será confundido: Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
  4   Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas.
  5   Encamíname en tu verdad, y enséñame; porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día.
  6   Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas.
  7   De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; conforme a tu misericordia acuérdate de mí, por tu bondad, oh Jehová.
  8   Bueno y recto es Jehová; por tanto, Él enseñará a los pecadores el camino.
  9   Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera.
  10   Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios.
  11   Por amor de tu nombre, oh Jehová, perdonarás también mi pecado, que es grande.
  12   ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de escoger.
  13   Su alma reposará en bienestar, y su simiente heredará la tierra.
  14   El secreto de Jehová es para los que le temen; y a ellos hará conocer su pacto.
  15   Mis ojos están siempre hacia Jehová; porque Él sacará mis pies de la red.
  16   Mírame, y ten misericordia de mí; porque estoy solo y afligido.
  17   Las angustias de mi corazón se han aumentado; sácame de mis congojas.
  18   Mira mi aflicción y mi trabajo; y perdona todos mis pecados.
  19   Mira mis enemigos, que se han multiplicado, y con odio violento me aborrecen.
  20   Guarda mi alma, y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti confié.
  21   Integridad y rectitud me guarden; porque en ti he esperado.
  22   Redime, oh Dios, a Israel de todas sus angustias.

 
Salmos 26
 
  1   «Salmo de David» Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; he confiado asimismo en Jehová, no vacilaré.
  2   Examíname, oh Jehová, y pruébame; purifica mi conciencia y mi corazón.
  3   Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y camino en tu verdad.
  4   No me he sentado con hombres falsos, ni entraré con los hipócritas.
  5   He aborrecido la reunión de los malignos, y no me sentaré con los impíos.
  6   Lavaré en inocencia mis manos, y andaré alrededor de tu altar, oh Jehová:
  7   Para proclamar con voz de acción de gracias, y contar todas tus maravillas.
  8   Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar donde tu gloria habita.
  9   No juntes con los pecadores mi alma, ni mi vida con hombres sanguinarios:
  10   En cuyas manos está el mal, y su diestra está llena de sobornos.
  11   Mas yo andaré en mi integridad: Redímeme, y ten misericordia de mí.
  12   Mi pie ha estado en rectitud; en las congregaciones bendeciré a Jehová.

 
Salmos 27
 
  1   «Salmo de David» Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
  2   Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
  3   Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón: Aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.
  4   Una cosa he demandado de Jehová, ésta buscaré: Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
  5   Porque Él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su pabellón; me pondrá en alto sobre una roca.
  6   Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean; y yo ofreceré en su tabernáculo sacrificios de júbilo: Cantaré y entonaré salmos a Jehová.
  7   Oye, oh Jehová, mi voz cuando a ti clamo; y ten misericordia de mí, respóndeme.
  8   Tú has dicho: Buscad mi rostro. Mi corazón dice de ti: Tu rostro buscaré, oh Jehová.
  9   No escondas tu rostro de mí, no apartes con ira a tu siervo: Mi ayuda has sido; no me dejes, no me desampares, Dios de mi salvación.
  10   Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá.
  11   Enséñame, oh Jehová, tu camino, y guíame por senda de rectitud, a causa de mis enemigos.
  12   No me entregues a la voluntad de mis enemigos; porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.
  13   Hubiera yo desmayado, si no creyese que he de ver la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes.
  14   Espera en Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera en Jehová.

 
Salmos 28
 
  1   «Salmo de David» A ti clamaré, oh Jehová, Roca mía; no te desentiendas de mí; Para que no sea yo, dejándome tú, semejante a los que descienden al sepulcro.
  2   Oye la voz de mis ruegos cuando a ti clamo, cuando alzo mis manos hacia tu santo templo.
  3   No me arrebates a una con los malos, y con los obradores de iniquidad; los cuales hablan paz con su prójimo, pero la maldad está en su corazón.
  4   Dales conforme a su obra, y conforme a la maldad de sus hechos: Dales conforme a la obra de sus manos, dales su paga.
  5   Porque no atienden a los hechos de Jehová, ni a la obra de sus manos, Él los derribará, y no los edificará.
  6   Bendito sea Jehová, que oyó la voz de mis súplicas.
  7   Jehová es mi fortaleza y mi escudo: En Él confió mi corazón, y fui ayudado; por lo que se gozó mi corazón, y con mi canción le alabaré.
  8   Jehová es la fortaleza de su pueblo, y la fuerza salvadora de su ungido.
  9   Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; pastoréalos y enaltécelos para siempre.

 
Salmos 29
 
  1   «Salmo de David» Dad a Jehová, oh hijos de fuertes, dad a Jehová la gloria y la fortaleza.
  2   Dad a Jehová la gloria debida a su nombre: Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.
  3   La voz de Jehová sobre las aguas; truena el Dios de gloria; Jehová sobre las muchas aguas.
  4   La voz de Jehová es poderosa; la voz de Jehová es majestuosa.
  5   La voz de Jehová quiebra los cedros; quebró Jehová los cedros del Líbano.
  6   Los hace saltar como becerros; al Líbano y al Sirión como cría de unicornio.
  7   La voz de Jehová derrama llamas de fuego.
  8   La voz de Jehová hace temblar el desierto; hace temblar Jehová el desierto de Cades.
  9   La voz de Jehová hace parir a las ciervas, y desnuda los bosques: En su templo todos los suyos proclaman su gloria.
  10   Jehová preside en el diluvio; Sí, se sienta Jehová como Rey para siempre.
  11   Jehová dará fortaleza a su pueblo: Jehová bendecirá a su pueblo con paz.

 
Salmos 30
 
  1   «Salmo cantado en la dedicación de la casa de David» Te glorificaré, oh Jehová; porque me has levantado, y no hiciste a mis enemigos alegrarse de mí.
  2   Jehová Dios mío, a ti clamé, y me sanaste.
  3   Oh Jehová, hiciste subir mi alma del sepulcro; me diste vida, para que no descendiese a la sepultura.
  4   Cantad a Jehová, vosotros sus santos, y celebrad la memoria de su santidad.
  5   Porque un momento durará su furor; mas en su voluntad está la vida: Por la noche durará el lloro, pero a la mañana vendrá la alegría.
  6   Y dije yo en mi prosperidad: No seré movido jamás;
  7   porque tú, Jehová, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fui conturbado.
  8   A ti, oh Jehová, clamaré; y al Señor suplicaré.
  9   ¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descienda al sepulcro? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
  10   Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí: Jehová, sé tú mi ayudador.
  11   Has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
  12   Por tanto a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.

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