2 Crónicas 28-36


 
2 Crónicas 28
 
  1   Veinte años tenía Acaz cuando comenzó a reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalén; mas no hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre.
  2   Pues anduvo en los caminos de los reyes de Israel, y además hizo imágenes de fundición a los Baales.
  3   Quemó también incienso en el valle de los hijos de Hinom, y quemó sus hijos por fuego, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había echado delante de los hijos de Israel.
  4   Asimismo sacrificó y quemó incienso en los lugares altos, y en los collados, y debajo de todo árbol frondoso.
  5   Por lo cual Jehová su Dios lo entregó en manos del rey de los sirios, los cuales le derrotaron, y se llevaron cautiva una gran multitud que llevaron a Damasco. Fue también entregado en manos del rey de Israel, el cual lo batió con gran mortandad.
  6   Porque Peka, hijo de Remalías mató en Judá en un día ciento veinte mil, todos hombres valientes; por cuanto habían dejado a Jehová el Dios de sus padres.
  7   Asimismo Zicri, hombre poderoso de Efraín, mató a Maasías hijo del rey, y a Azricam su mayordomo, y a Elcana, segundo después del rey.
  8   Tomaron también cautivos los hijos de Israel de sus hermanos doscientos mil, mujeres, muchachos, y muchachas, a más de haber saqueado de ellos un gran despojo, el cual trajeron a Samaria.
  9   Había entonces allí un profeta de Jehová, que se llamaba Obed, el cual salió delante del ejército cuando entraba en Samaria, y les dijo: He aquí Jehová el Dios de vuestros padres, por el enojo contra Judá, los ha entregado en vuestras manos; y vosotros los habéis matado con ira, que ha llegado hasta el cielo.
  10   Y ahora habéis determinado sujetar a vosotros a Judá y a Jerusalén por siervos y siervas: mas ¿no habéis vosotros pecado contra Jehová vuestro Dios?
  11   Oídme, pues, ahora, y devolved a los cautivos que habéis tomado de vuestros hermanos; porque Jehová está airado contra vosotros.
  12   Se levantaron entonces algunos varones de los principales de los hijos de Efraín, Azarías hijo de Johanán, y Berequías hijo de Mesilemot, y Ezequías hijo de Salum, y Amasa hijo de Hadlai, contra los que venían de la guerra.
  13   Y les dijeron: No metáis acá a los cautivos; porque el pecado contra Jehová será sobre nosotros. Vosotros tratáis de añadir sobre nuestros pecados y sobre nuestras culpas, siendo muy grande nuestro delito, y la ira del furor sobre Israel.
  14   Entonces el ejército dejó los cautivos y el despojo delante de los príncipes y de toda la multitud.
  15   Y se levantaron los varones nombrados, y tomaron los cautivos, y vistieron del despojo a los que de ellos estaban desnudos; los vistieron y los calzaron, y les dieron de comer y de beber, y los ungieron, y condujeron en asnos a todos los débiles, y los llevaron hasta Jericó, ciudad de las palmeras, cerca de sus hermanos; y ellos se volvieron a Samaria.
  16   En aquel tiempo el rey Acaz envió a pedir a los reyes de Asiria que le ayudasen:
  17   Porque a más de esto, los edomitas habían venido y herido a los de Judá, y habían llevado cautivos.
  18   Asimismo los filisteos habían invadido a las ciudades de la llanura, y del sur de Judá, y habían tomado a Bet-semes, a Ajalón, Gederot, y a Soco con sus aldeas, Timna también con sus aldeas, y Gimzo con sus aldeas; y habitaban en ellas.
  19   Porque Jehová había humillado a Judá por causa de Acaz rey de Israel; por cuanto él había desnudado a Judá, y había prevaricado gravemente contra Jehová.
  20   Y vino contra él Tilgat-pileser, rey de los asirios; quien lo redujo a estrechez, y no lo fortificó.
  21   Aunque despojó Acaz la casa de Jehová, y la casa real, y las de los príncipes, para dar al rey de los asirios, con todo eso él no le ayudó.
  22   Además el rey Acaz en el tiempo de su aflicción, añadió mayor pecado contra Jehová;
  23   Porque ofreció sacrificio a los dioses de Damasco que le habían derrotado, y dijo: Pues que los dioses de los reyes de Siria les ayudan, yo también sacrificaré a ellos para que me ayuden; bien que fueron éstos su ruina, y la de todo Israel.
  24   A más de eso recogió Acaz los utensilios de la casa de Dios, y los quebró, y cerró las puertas de la casa de Jehová, y se hizo altares en Jerusalén en todos los rincones.
  25   Hizo también lugares altos en todas las ciudades de Judá, para quemar incienso a otros dioses, provocando así a ira a Jehová el Dios de sus padres.
  26   Lo demás de sus hechos, y todos sus caminos, primeros y postreros, he aquí está escrito en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
  27   Y durmió Acaz con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de Jerusalén; mas no le metieron en los sepulcros de los reyes de Israel; y reinó en su lugar Ezequías su hijo.

 
2 Crónicas 29
 
  1   Y Ezequías comenzó a reinar siendo de veinticinco años, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Abía, hija de Zacarías.
  2   E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre.
  3   En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de Jehová, y las reparó.
  4   E hizo venir a los sacerdotes y levitas, y los juntó en la plaza oriental.
  5   Y les dijo: Oídme, levitas, y santificaos ahora, y santificaréis la casa de Jehová el Dios de vuestros padres, y sacaréis del santuario la inmundicia.
  6   Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová nuestro Dios; que le dejaron, y apartaron sus rostros del tabernáculo de Jehová, y le volvieron las espaldas.
  7   Y aun cerraron las puertas del pórtico, y apagaron las lámparas; no quemaron incienso, ni sacrificaron holocausto en el santuario al Dios de Israel.
  8   Por tanto la ira de Jehová ha venido sobre Judá y Jerusalén, y los ha entregado a turbación, y a horror y escarnio, como veis vosotros con vuestros ojos.
  9   Y he aquí nuestros padres han caído a espada, nuestros hijos y nuestras hijas y nuestras esposas son cautivas por esto.
  10   Ahora, pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová el Dios de Israel, para que aparte de nosotros la ira de su furor.
  11   Hijos míos, no os engañéis ahora, porque Jehová os ha escogido a vosotros para que estéis delante de Él, y le sirváis, y seáis sus ministros, y le queméis incienso.
  12   Entonces los levitas se levantaron, Mahat hijo de Amasai, y Joel hijo de Azarías, de los hijos de Coat; y de los hijos de Merari, Cis hijo de Abdi, y Azarías hijo de Jehalelel; y de los hijos de Gersón, Joah hijo de Zima, y Edén hijo de Joah;
  13   Y de los hijos de Elizafán, Simri y Jeiel; y de los hijos de Asaf, Zacarías y Matanías.
  14   Y de los hijos de Hemán, Jehiel y Simeí; y de los hijos de Jedutún, Semaías y Uziel.
  15   Éstos reunieron a sus hermanos, y se santificaron, y entraron, conforme al mandamiento del rey y las palabras de Jehová, para limpiar la casa de Jehová.
  16   Y entrando los sacerdotes dentro de la casa de Jehová para limpiarla, sacaron toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehová, al atrio de la casa de Jehová; la cual tomaron los levitas, para sacarla fuera al torrente de Cedrón.
  17   Y comenzaron a santificar el día primero del mes primero, y a los ocho del mismo mes vinieron al pórtico de Jehová; y santificaron la casa de Jehová en ocho días, y en el día dieciséis del mes primero acabaron.
  18   Luego vinieron al rey Ezequías y le dijeron: Ya hemos limpiado toda la casa de Jehová, el altar del holocausto, y todos sus instrumentos, y la mesa de la proposición con todos sus utensilios.
  19   Asimismo hemos preparado y santificado todos los utensilios que en su prevaricación había desechado el rey Acaz, cuando reinaba; y he aquí están delante del altar de Jehová.
  20   Y levantándose de mañana el rey Ezequías reunió a los principales de la ciudad, y subió a la casa de Jehová.
  21   Y trajeron siete becerros, siete carneros, siete corderos, y siete machos cabríos, para expiación por el reino, por el santuario y por Judá. Y dijo a los sacerdotes hijos de Aarón, que los ofreciesen sobre el altar de Jehová.
  22   Mataron, pues, los siete becerros, y los sacerdotes tomaron la sangre, y la esparcieron sobre el altar; mataron luego los carneros, y esparcieron la sangre sobre el altar; asimismo mataron los corderos, y esparcieron la sangre sobre el altar.
  23   Hicieron después llegar los machos cabríos de la expiación delante del rey y de la multitud, y pusieron sobre ellos sus manos:
  24   Y los sacerdotes los mataron, y expiando esparcieron la sangre de ellos sobre el altar, para reconciliar a todo Israel; porque por todo Israel mandó el rey hacer el holocausto y la expiación.
  25   Puso también levitas en la casa de Jehová con címbalos, y salterios, y arpas, conforme al mandamiento de David, y de Gad vidente del rey, y de Natán profeta; porque así era el mandamiento de Jehová, por medio de sus profetas.
  26   Y los levitas estaban con los instrumentos de David, y los sacerdotes con trompetas.
  27   Entonces mandó Ezequías sacrificar el holocausto en el altar; y al tiempo que comenzó el holocausto, comenzó también el cántico de Jehová, con las trompetas y los instrumentos de David rey de Israel.
  28   Y toda la multitud adoraba, y los cantores cantaban, y los trompetistas tocaban las trompetas; todo hasta acabarse el holocausto.
  29   Y cuando acabaron de ofrecer, se inclinó el rey, y todos los que con él estaban, y adoraron.
  30   Entonces el rey Ezequías y los príncipes dijeron a los levitas que alabasen a Jehová por las palabras de David y de Asaf vidente: y ellos alabaron con grande alegría, e inclinándose adoraron.
  31   Y respondiendo Ezequías, dijo: Vosotros os habéis consagrado ahora a Jehová; acercaos, pues, y presentad sacrificios y alabanzas en la casa de Jehová. Y la multitud presentó sacrificios y alabanzas; y todos los de corazón liberal trajeron holocaustos.
  32   Y fue el número de los holocaustos que trajo la congregación, setenta becerros, cien carneros, doscientos corderos; todo para el holocausto de Jehová.
  33   Y las ofrendas fueron seiscientos bueyes, y tres mil ovejas.
  34   Mas los sacerdotes eran pocos, y no bastaban para desollar los holocaustos; y así sus hermanos los levitas les ayudaron hasta que acabaron la obra, y hasta que los sacerdotes se santificaron; porque los levitas fueron más rectos de corazón para santificarse que los sacerdotes.
  35   Así, pues, hubo gran multitud de holocaustos, con grosuras de las ofrendas de paz, y libaciones de cada holocausto. Y quedó ordenado el servicio de la casa de Jehová.
  36   Y se alegró Ezequías, y todo el pueblo, de que Dios hubiese preparado el pueblo; porque la cosa fue prestamente hecha.

 
2 Crónicas 30
 
  1   Envió también Ezequías por todo Israel y Judá, y escribió letras a Efraín y a Manasés, que viniesen a Jerusalén a la casa de Jehová, para celebrar la pascua a Jehová Dios de Israel.
  2   Y el rey había tomado consejo con sus príncipes, y con toda la congregación en Jerusalén, para celebrar la pascua en el mes segundo:
  3   Porque entonces no la podían celebrar, por cuanto no había suficientes sacerdotes santificados, ni el pueblo se había reunido en Jerusalén.
  4   Esto agradó al rey y a toda la multitud.
  5   Y determinaron hacer pasar pregón por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan, para que viniesen a celebrar la pascua a Jehová Dios de Israel, en Jerusalén: porque en mucho tiempo no la habían celebrado al modo que está escrito.
  6   Fueron, pues, correos con letras de mano del rey y de sus príncipes por todo Israel y Judá, como el rey lo había mandado, y decían: Hijos de Israel, volveos a Jehová el Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, y Él se volverá al remanente que os ha quedado de la mano de los reyes de Asiria.
  7   No seáis como vuestros padres y como vuestros hermanos, que se rebelaron contra Jehová el Dios de sus padres, y Él los entregó a desolación, como vosotros veis.
  8   No endurezcáis, pues, ahora vuestra cerviz como vuestros padres; someteos a Jehová, y venid a su santuario, el cual Él ha santificado para siempre; y servid a Jehová vuestro Dios, y el furor de su ira se apartará de vosotros.
  9   Porque si os volviereis a Jehová, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia delante de los que los llevaron cautivos, y volverán a esta tierra; porque Jehová vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no volverá de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis a Él.
  10   Pasaron, pues, los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y Manasés, hasta Zabulón: mas se reían y burlaban de ellos.
  11   Con todo eso, algunos hombres de Aser, de Manasés, y de Zabulón, se humillaron, y vinieron a Jerusalén.
  12   En Judá también fue la mano de Dios para darles un solo corazón para cumplir el mensaje del rey y de los príncipes, conforme a la palabra de Jehová.
  13   Y se juntó en Jerusalén mucha gente para celebrar la fiesta solemne de los panes sin levadura en el mes segundo; una vasta reunión.
  14   Y levantándose, quitaron los altares que había en Jerusalén; quitaron también todos los altares de incienso, y los echaron en el torrente de Cedrón.
  15   Entonces sacrificaron la pascua, a los catorce días del mes segundo; y los sacerdotes y los levitas llenos de vergüenza se santificaron, y trajeron los holocaustos a la casa de Jehová.
  16   Y se pusieron en su lugar conforme a su costumbre, conforme a la ley de Moisés varón de Dios; y los sacerdotes esparcían la sangre que recibían de manos de los levitas:
  17   Porque había muchos en la congregación que no estaban santificados, y por eso los levitas sacrificaban la pascua por todos los que no se habían purificado, para santificarlos a Jehová.
  18   Porque una gran multitud del pueblo de Efraín y Manasés, y de Isacar y Zabulón, no se habían purificado, y comieron la pascua no conforme a lo que está escrito. Mas Ezequías oró por ellos, diciendo: Jehová, que es bueno, sea propicio a todo aquel que ha apercibido su corazón para buscar a Dios,
  19   a Jehová el Dios de sus padres, aunque no esté purificado según la purificación del santuario.
  20   Y oyó Jehová a Ezequías, y sanó al pueblo.
  21   Así los hijos de Israel que estaban presentes en Jerusalén celebraron la fiesta solemne de los panes sin levadura por siete días con grande gozo; y los levitas y los sacerdotes alababan a Jehová día tras día, cantando con instrumentos resonantes a Jehová.
  22   Y habló Ezequías al corazón de todos los levitas que tenían buena inteligencia en el servicio de Jehová. Y comieron de lo sacrificado en la fiesta solemne por siete días, ofreciendo sacrificios de paz, y dando gracias a Jehová el Dios de sus padres.
  23   Y toda la congregación determinó que celebrasen otros siete días; y celebraron otros siete días con alegría.
  24   Porque Ezequías rey de Judá había dado a la multitud mil becerros y siete mil ovejas; y también los príncipes dieron al pueblo mil becerros y diez mil ovejas; y muchos sacerdotes se santificaron.
  25   Se alegró, pues, toda la congregación de Judá, como también los sacerdotes y levitas, y toda la multitud que había venido de Israel; asimismo los extranjeros que habían venido de la tierra de Israel, y los que habitaban en Judá.
  26   Y hubo gran alegría en Jerusalén; porque desde los días de Salomón hijo de David rey de Israel, no había habido cosa semejante en Jerusalén.
  27   Después, levantándose los sacerdotes y levitas, bendijeron al pueblo; y la voz de ellos fue oída, y su oración llegó a la habitación de su santuario, al cielo.

 
2 Crónicas 31
 
  1   Hechas todas estas cosas, todos los de Israel que habían estado presentes, salieron por las ciudades de Judá, y quebraron las estatuas y destruyeron las imágenes de Asera, y derribaron los lugares altos y los altares por todo Judá y Benjamín, y también en Efraín y Manasés, hasta acabarlo todo. Después se volvieron todos los hijos de Israel, cada uno a su posesión y a sus ciudades.
  2   Y arregló Ezequías los grupos de los sacerdotes y de los levitas conforme a sus porciones, cada uno según su oficio, los sacerdotes y los levitas para el holocausto y las ofrendas de paz, para que ministrasen, para que diesen gracias y alabasen a las puertas de los atrios de Jehová.
  3   La contribución del rey de su hacienda, era holocaustos a mañana y tarde, y holocaustos para los sábados, lunas nuevas y fiestas solemnes, como está escrito en la ley de Jehová.
  4   Mandó también al pueblo que habitaba en Jerusalén, que diesen la porción a los sacerdotes y levitas, para que se esforzasen en la ley de Jehová.
  5   Y como este edicto fue divulgado, los hijos de Israel dieron muchas primicias de grano, vino, aceite, miel, y de todos los frutos de la tierra; trajeron asimismo los diezmos de todas las cosas en abundancia.
  6   También los hijos de Israel y de Judá, que habitaban en las ciudades de Judá, dieron del mismo modo los diezmos de las vacas y de las ovejas: y trajeron los diezmos de lo santificado, de las cosas que habían prometido a Jehová su Dios, y los pusieron por montones.
  7   En el mes tercero comenzaron a formar aquellos montones, y en el mes séptimo acabaron.
  8   Y Ezequías y los príncipes vinieron a ver los montones, y bendijeron a Jehová, y a su pueblo Israel.
  9   Y preguntó Ezequías a los sacerdotes y a los levitas acerca de los montones.
  10   Y Azarías, sumo sacerdote de la casa de Sadoc, le respondió: Desde que comenzaron a traer la ofrenda a la casa de Jehová, hemos comido y nos hemos saciado, y nos ha sobrado mucho: porque Jehová ha bendecido su pueblo, y ha quedado esta muchedumbre.
  11   Entonces mandó Ezequías que preparasen cámaras en la casa de Jehová; y las prepararon.
  12   Y metieron las primicias y diezmos y las cosas consagradas, fielmente; y dieron cargo de ello a Conanías levita, el principal, y Simeí su hermano fue el segundo.
  13   Y Jehiel, Azazías, Nahat, Asael, Jerimot, Jozabad, Eliel, Ismaquías, Mahat, y Benaía, fueron los mayordomos bajo la mano de Conanías y de Simeí su hermano, por mandamiento del rey Ezequías y de Azarías, príncipe de la casa de Dios.
  14   Y Coré hijo de Imna levita, portero al oriente, tenía cargo de las ofrendas voluntarias para Dios, y de distribuir las ofrendas dedicadas a Jehová, y de todo lo que se santificaba.
  15   Y a su mano estaba Edén, Miniamín, Jesúa, Semaías, Amarías, y Secanías, en las ciudades de los sacerdotes, para dar con fidelidad a sus hermanos sus porciones conforme a sus grupos, así al mayor como al menor,
  16   a los varones según sus genealogías, de tres años arriba, a todos los que entraban en la casa de Jehová, su porción diaria por su ministerio según sus cargos y grupos.
  17   También a los que eran contados entre los sacerdotes por las familias de sus padres, y a los levitas de edad de veinte años arriba, conforme a sus cargos y grupos;
  18   Asimismo a los de su generación con todos sus niños, y sus esposas, y sus hijos e hijas, a toda la familia; porque con fidelidad se consagraban a las cosas santas.
  19   Del mismo modo en orden a los hijos de Aarón, sacerdotes, que estaban en los ejidos de sus ciudades, por todas las ciudades, los varones nombrados tenían cargo de dar sus porciones a todos los varones de entre los sacerdotes, y a todo el linaje de los levitas.
  20   De esta manera hizo Ezequías en todo Judá; y ejecutó lo bueno, recto, y verdadero, delante de Jehová su Dios.
  21   En todo cuanto comenzó en el servicio de la casa de Dios, y en la ley y mandamientos, buscó a su Dios, y lo hizo de todo corazón, y fue prosperado.

 
2 Crónicas 32
 
  1   Después de estas cosas y de esta fidelidad, vino Senaquerib rey de los asirios, entró en Judá, y acampó contra las ciudades fortificadas, con la intención de conquistarlas.
  2   Viendo, pues, Ezequías que Senaquerib había venido, y que se había propuesto combatir a Jerusalén,
  3   tuvo consejo con sus príncipes y con sus valientes, para cegar las fuentes de las aguas que estaban fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron.
  4   Entonces se juntó mucho pueblo, y cegaron todas las fuentes, y el arroyo que corría a través del territorio, diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vinieren?
  5   Se animó así Ezequías, y edificó todos los muros caídos, e hizo levantar las torres, y otro muro por fuera; fortificó además a Milo en la ciudad de David, e hizo muchas espadas y escudos.
  6   Y puso capitanes de guerra sobre el pueblo, y los hizo reunir así en la plaza de la puerta de la ciudad, y les habló al corazón de ellos, diciendo:
  7   Esforzaos y sed valientes; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda su multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él.
  8   Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios, para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá.
  9   Después de esto Senaquerib rey de los asirios ( estando él sobre Laquis y con él todas sus fuerzas ), envió sus siervos a Jerusalén, para decir a Ezequías rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén:
  10   Así ha dicho Senaquerib rey de los asirios: ¿En quién confiáis vosotros que permanecéis sitiados en Jerusalén?
  11   ¿No os engaña Ezequías para entregaros a morir de hambre y de sed, diciendo: Jehová nuestro Dios nos librará de la mano del rey de Asiria?
  12   ¿No es el mismo Ezequías quien ha quitado sus lugares altos y sus altares, y dijo a Judá y a Jerusalén: Delante de este solo altar adoraréis, y sobre él quemaréis incienso?
  13   ¿No sabéis lo que yo y mis padres hemos hecho a todos los pueblos de la tierra? ¿Pudieron los dioses de las naciones de aquellas tierras librar su tierra de mi mano?
  14   ¿Qué dios hubo de entre todos los dioses de aquellas naciones que destruyeron mis padres, que pudiese salvar su pueblo de mi mano, para que pueda vuestro Dios libraros de mi mano?
  15   Ahora, pues, no os engañe Ezequías, ni os persuada tal cosa, ni le creáis; que si ningún dios de todas aquellas naciones y reinos pudo librar su pueblo de mis manos, y de las manos de mis padres, ¿cuánto menos vuestro Dios os podrá librar de mi mano?
  16   Y otras cosas más hablaron sus siervos contra Jehová Dios, y contra su siervo Ezequías.
  17   Además de esto escribió cartas en que blasfemaba a Jehová el Dios de Israel, y hablaba contra Él, diciendo: Como los dioses de las naciones de otras tierras no pudieron librar a su pueblo de mis manos, tampoco el Dios de Ezequías librará al suyo de mis manos.
  18   Y gritaron a gran voz en judaico al pueblo de Jerusalén que estaba en los muros, para espantarles y atemorizarles, para tomar la ciudad.
  19   Y hablaron contra el Dios de Jerusalén, como contra los dioses de los pueblos de la tierra, obra de manos de hombres.
  20   Mas el rey Ezequías, y el profeta Isaías hijo de Amoz, oraron por esto, y clamaron al cielo.
  21   Y Jehová envió un ángel, el cual hirió a todo valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria. Se volvió por tanto con vergüenza de rostro a su tierra; y entrando en el templo de su dios, allí lo mataron a espada los que habían salido de sus entrañas.
  22   Así salvó Jehová a Ezequías y a los moradores de Jerusalén de las manos de Senaquerib rey de Asiria, y de las manos de todos; y los condujo por todas partes.
  23   Y muchos trajeron ofrenda a Jehová a Jerusalén, y a Ezequías rey de Judá, ricos dones; y fue muy grande delante de todas las naciones después de esto.
  24   En aquel tiempo Ezequías enfermó de muerte; y oró a Jehová, el cual le respondió, y le dio una señal.
  25   Mas Ezequías no pagó conforme al bien que le había sido hecho; antes se enalteció su corazón, y fue la ira contra él, y contra Judá y Jerusalén.
  26   Pero Ezequías, después de haberse enaltecido su corazón, se humilló, él y los moradores de Jerusalén; y no vino sobre ellos la ira de Jehová en los días de Ezequías.
  27   Y tuvo Ezequías riquezas y gloria mucha en gran manera; y se hizo de tesoros de plata y oro, de piedras preciosas, de perfumes, de escudos, y de toda clase de alhajas preciosas.
  28   Asimismo depósitos para las rentas del grano, del vino, y aceite; establos para toda clase de bestias, y apriscos para los ganados.
  29   Se hizo también ciudades, y rebaños de ovejas y de vacas en gran abundancia; porque Dios le había dado muchas posesiones.
  30   Este Ezequías tapó los manaderos de las aguas de Gihón la de arriba, y las encaminó abajo al occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado Ezequías en todo lo que hizo.
  31   Pero en lo de los embajadores de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio que había acaecido en aquella tierra, Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón.
  32   Lo demás de los hechos de Ezequías, y de sus misericordias, he aquí todo está escrito en la profecía de Isaías profeta, hijo de Amoz, en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
  33   Y durmió Ezequías con sus padres, y lo sepultaron en los más insignes sepulcros de los hijos de David, honrándole en su muerte todo Judá y los de Jerusalén: y reinó en su lugar Manasés su hijo.

 
2 Crónicas 33
 
  1   Doce años tenía Manasés cuando comenzó a reinar, y cincuenta y cinco años reinó en Jerusalén.
  2   Mas hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a las abominaciones de las naciones que había echado Jehová delante de los hijos de Israel:
  3   Porque él reedificó los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a los Baales, e hizo imágenes de Asera, y adoró a todo el ejército de los cielos, y les sirvió.
  4   Edificó también altares en la casa de Jehová, de la cual había dicho Jehová: En Jerusalén será mi nombre perpetuamente.
  5   Edificó asimismo altares a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehová.
  6   Y pasó sus hijos por fuego en el valle del hijo de Hinom; y observaba los tiempos, miraba en agüeros, era dado a adivinaciones, y consultaba pitonisos y encantadores; subió de punto en hacer lo malo ante los ojos de Jehová, para irritarle.
  7   A más de esto puso una imagen de fundición, que hizo, en la casa de Dios, de la cual había dicho Dios a David y a Salomón su hijo: En esta casa y en Jerusalén, la cual yo elegí sobre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre:
  8   Y nunca más quitaré el pie de Israel de la tierra que yo entregué a vuestros padres, a condición que guarden y hagan todas las cosas que yo les he mandado, toda la ley, estatutos, y ordenanzas, por mano de Moisés.
  9   Y Manasés hizo que Judá y los moradores de Jerusalén se desviaran, para hacer más mal que las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel.
  10   Y habló Jehová a Manasés y a su pueblo, pero ellos no escucharon;
  11   por lo cual Jehová trajo contra ellos los generales del ejército del rey de los asirios, los cuales aprisionaron con grillos a Manasés, y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia.
  12   Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres.
  13   Y habiendo orado a Él, fue atendido de Él, pues oyó su oración, y lo volvió a Jerusalén, a su reino. Entonces conoció Manasés que Jehová era Dios.
  14   Después de esto edificó el muro de afuera de la ciudad de David, al occidente de Gihón, en el valle, a la entrada de la puerta del Pescado, y cercó a Ofel, y lo alzó muy alto; y puso capitanes de ejército en todas las ciudades fuertes por Judá.
  15   Asimismo quitó los dioses ajenos, y el ídolo de la casa de Jehová, y todos los altares que había edificado en el monte de la casa de Jehová y en Jerusalén, y los echó fuera de la ciudad.
  16   Reparó luego el altar de Jehová, y sacrificó sobre él sacrificios de ofrendas de paz y de alabanza; y mandó a Judá que sirviesen a Jehová Dios de Israel.
  17   Pero el pueblo aún sacrificaba en los lugares altos, aunque sólo a Jehová su Dios.
  18   Lo demás de los hechos de Manasés, y su oración a su Dios, y las palabras de los videntes que le hablaron en nombre de Jehová el Dios de Israel, he aquí todo está escrito en los hechos de los reyes de Israel.
  19   Su oración también, y cómo fue oído, todos sus pecados, y su prevaricación, los lugares donde edificó lugares altos y había puesto imágenes de Asera e ídolos antes que se humillase, he aquí estas cosas están escritas en las palabras de los videntes.
  20   Y durmió Manasés con sus padres, y lo sepultaron en su casa; y reinó en su lugar Amón su hijo.
  21   Veintidós años tenía Amón cuando comenzó a reinar, y dos años reinó en Jerusalén.
  22   E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como había hecho Manasés su padre: porque a todos los ídolos que su padre Manasés había hecho, sacrificó y sirvió Amón.
  23   Pero nunca se humilló delante de Jehová, como se humilló Manasés su padre; antes bien Amón aumentó el pecado.
  24   Y conspiraron contra él sus siervos, y lo mataron en su casa.
  25   Mas el pueblo de la tierra hirió a todos los que habían conspirado contra el rey Amón; y el pueblo de la tierra puso por rey en su lugar a Josías su hijo.

 
2 Crónicas 34
 
  1   Ocho años tenía Josías cuando comenzó a reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén.
  2   Éste hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en los caminos de David su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda.
  3   A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, de las imágenes de Asera, de las esculturas, y de las imágenes de fundición.
  4   Y derribaron delante de él los altares de los Baales, e hizo pedazos las imágenes del sol, que estaban puestas encima; despedazó también las imágenes de Asera, y las esculturas y estatuas de fundición, y las desmenuzó, y esparció el polvo sobre los sepulcros de los que las habían sacrificado.
  5   Quemó además los huesos de los sacerdotes sobre sus altares, y limpió a Judá y a Jerusalén.
  6   Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín, y Simeón, hasta en Neftalí, con sus lugares asolados alrededor.
  7   Y cuando hubo derribado los altares y las imágenes de Asera, y quebrado y desmenuzado las esculturas, y destruido todos los ídolos por toda la tierra de Israel, se volvió a Jerusalén.
  8   A los dieciocho años de su reinado, después de haber limpiado la tierra, y la casa, envió a Safán hijo de Azalías, y a Maasías gobernador de la ciudad, y a Joah hijo de Joacaz el cronista, para que reparasen la casa de Jehová su Dios.
  9   Los cuales vinieron a Hilcías, sumo sacerdote, y dieron el dinero que había sido metido en la casa de Jehová, que los levitas que guardaban la puerta habían recogido de mano de Manasés y de Efraín y de todo el remanente de Israel, y de todo Judá y Benjamín, habiéndose después vuelto a Jerusalén.
  10   Y lo entregaron en mano de los que hacían la obra, que eran mayordomos en la casa de Jehová; los cuales lo daban a los que hacían la obra y trabajaban en la casa de Jehová, para reparar y restaurar el templo.
  11   Daban asimismo a los carpinteros y albañiles para que comprasen piedra de cantería, y madera para las uniones, y para la entabladura de las casas, las cuales habían destruido los reyes de Judá.
  12   Y estos hombres procedían con fidelidad en la obra; y eran sus mayordomos Jahat y Abdías, levitas de los hijos de Merari; y Zacarías y Mesulam de los hijos de Coat, para que activasen la obra; y de los levitas, todos los entendidos en instrumentos de música.
  13   También velaban sobre los cargadores y eran mayordomos de los que se ocupaban en cualquier clase de obra; y de los levitas había escribas, oficiales y porteros.
  14   Y al sacar el dinero que había sido traido a la casa de Jehová, Hilcías el sacerdote halló el libro de la ley de Jehová dada por medio de Moisés.
  15   Y dando cuenta Hilcías, dijo a Safán escriba: Yo he hallado el libro de la ley en la casa de Jehová. Y dio Hilcías el libro a Safán.
  16   Y Safán lo llevó al rey, y le contó el asunto, diciendo: Tus siervos han cumplido todo lo que les fue dado a cargo.
  17   Han reunido el dinero que se halló en la casa de Jehová, y lo han entregado en mano de los supervisores, y en mano de los que hacen la obra.
  18   Además de esto, declaró el escriba Safán al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me dio un libro. Y leyó Safán en él delante del rey.
  19   Y luego que el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestiduras;
  20   y mandó a Hilcías y a Ahicam hijo de Safán, y a Abdón hijo de Micaía, y a Safán escriba, y a Asaías siervo del rey, diciendo:
  21   Andad, y consultad a Jehová por mí, y por el remanente de Israel y de Judá, acerca de las palabras del libro que se ha hallado; porque grande es el furor de Jehová que ha caído sobre nosotros, por cuanto nuestros padres no guardaron la palabra de Jehová, para hacer conforme a todo lo que está escrito en este libro.
  22   Entonces Hilcías y los del rey fueron a Hulda profetisa, esposa de Salum, hijo de Ticva, hijo de Hasra, guarda de las vestimentas, la cual moraba en Jerusalén en el segundo barrio; y hablaron con ella acerca de estas palabras.
  23   Y ella respondió: Jehová el Dios de Israel ha dicho así: Decid al varón que os ha enviado a mí, que así ha dicho Jehová:
  24   He aquí yo traigo mal sobre este lugar, y sobre los moradores de él, y todas las maldiciones que están escritas en el libro que leyeron delante del rey de Judá:
  25   Por cuanto me han dejado, y han sacrificado a dioses ajenos, provocándome a ira con todas las obras de sus manos; por tanto mi furor destilará sobre este lugar, y no se apagará.
  26   Mas al rey de Judá, que os ha enviado a consultar a Jehová, así le diréis: Jehová el Dios de Israel ha dicho así: Por cuanto oíste las palabras del libro,
  27   y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Dios al oír sus palabras sobre este lugar, y sobre sus moradores, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestiduras, y lloraste en mi presencia, yo también te he oído, dice Jehová.
  28   He aquí que yo te recogeré con tus padres, y serás recogido en tus sepulcros en paz, y tus ojos no verán todo el mal que yo traigo sobre este lugar, y sobre los moradores de él. Y ellos refirieron al rey la respuesta.
  29   Entonces el rey envió y reunió a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén.
  30   Y subió el rey a la casa de Jehová, y con él todos los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén, y los sacerdotes, y los levitas, y todo el pueblo desde el mayor hasta el más pequeño; y leyó a oídos de ellos todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová.
  31   Y estando el rey en pie en su sitio, hizo pacto delante de Jehová, de caminar en pos de Jehová y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo su corazón y con toda su alma, poniendo por obra las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro.
  32   E hizo que se obligaran a ello todos los que estaban en Jerusalén y en Benjamín; y los moradores de Jerusalén hicieron conforme al pacto de Dios, del Dios de sus padres.
  33   Y quitó Josías todas las abominaciones de todas las tierras de los hijos de Israel, e hizo a todos los que se hallaban en Israel que sirviesen a Jehová su Dios. No se apartaron de en pos de Jehová el Dios de sus padres, todo el tiempo que él vivió.

 
2 Crónicas 35
 
  1   Y Josías celebró la pascua a Jehová en Jerusalén, y sacrificaron la pascua a los catorce del mes primero.
  2   Y puso a los sacerdotes en sus cargos, y los confirmó en el ministerio de la casa de Jehová.
  3   Y dijo a los levitas que enseñaban a todo Israel, y que estaban dedicados a Jehová: Poned el arca del santuario en la casa que edificó Salomón hijo de David, rey de Israel, para que no la carguéis más sobre los hombros. Ahora serviréis a Jehová vuestro Dios, y a su pueblo Israel.
  4   Preparaos según las familias de vuestros padres, por vuestros grupos, conforme a lo prescrito por David rey de Israel, y de Salomón su hijo.
  5   Estad en el santuario según la distribución de las familias de vuestros hermanos los hijos del pueblo, y según la división de la familia de los levitas.
  6   Sacrificad la pascua, y santificaos, preparad a vuestros hermanos para que hagan conforme a la palabra de Jehová dada por mano de Moisés.
  7   Y ofreció el rey Josías a los del pueblo ovejas, corderos, y cabritos de los rebaños, en número de treinta mil, y tres mil bueyes, todo para la pascua, para todos los que se hallaban presentes; esto de la hacienda del rey.
  8   También sus príncipes dieron con liberalidad al pueblo, a los sacerdotes y a los levitas. Hilcías, Zacarías y Jehiel, príncipes de la casa de Dios, dieron a los sacerdotes para hacer la pascua dos mil seiscientas ovejas, y trescientos bueyes.
  9   Asimismo Conanías, y Semaías y Natanael sus hermanos, y Hasabías, Jeiel, y Jozabad, príncipes de los levitas, dieron a los levitas para los sacrificios de la pascua cinco mil ovejas, y quinientos bueyes.
  10   Aprestado así el servicio, los sacerdotes se colocaron en sus puestos, y asimismo los levitas en sus órdenes, conforme al mandamiento del rey.
  11   Y sacrificaron la pascua; y esparcían los sacerdotes la sangre tomada de mano de los levitas, y los levitas desollaban.
  12   Tomaron luego del holocausto, para dar conforme a los repartimientos por las familias de los del pueblo, a fin de que ofreciesen a Jehová, según está escrito en el libro de Moisés; y asimismo tomaron de los bueyes.
  13   Y asaron la pascua al fuego según la costumbre; mas lo que había sido santificado lo cocieron en ollas, en calderos, y calderas, y lo repartieron prestamente a todo el pueblo.
  14   Y después prepararon para sí y para los sacerdotes; porque los sacerdotes, hijos de Aarón, estuvieron ocupados hasta la noche en el sacrificio de los holocaustos y de las grosuras; por tanto, los levitas prepararon para ellos mismos y para los sacerdotes hijos de Aarón.
  15   Asimismo los cantores hijos de Asaf estaban en su puesto, conforme al mandamiento de David, de Asaf y de Hemán, y de Jedutún vidente del rey; también los porteros estaban a cada puerta; y no era necesario que se apartasen de su ministerio, porque sus hermanos los levitas preparaban para ellos.
  16   Así fue aprestado todo el servicio de Jehová en aquel día, para celebrar la pascua, y sacrificar los holocaustos sobre el altar de Jehová, conforme al mandamiento del rey Josías.
  17   Y los hijos de Israel que estuvieron presentes celebraron la pascua en aquel tiempo, y la fiesta solemne de los panes sin levadura, por siete días.
  18   Nunca fue celebrada una pascua como ésta en Israel desde los días de Samuel el profeta; ni ningún rey de Israel celebró una pascua como la que celebró el rey Josías, y los sacerdotes y levitas, y todo Judá e Israel, los que se hallaron allí, juntamente con los moradores de Jerusalén.
  19   Esta pascua fue celebrada en el año dieciocho del rey Josías.
  20   Después de todas estas cosas, luego de haber Josías preparado la casa, Necao rey de Egipto subió para hacer guerra en Carquemis junto al Éufrates; y salió Josías contra él.
  21   Y él le envió embajadores, diciendo: ¿Qué tengo yo contigo, rey de Judá? Yo no vengo contra ti hoy, sino contra la casa que me hace guerra; y Dios me ha dicho que me apresure. Deja de meterte con Dios, quien está conmigo, no sea que Él te destruya.
  22   Mas Josías no volvió su rostro de él, antes se disfrazó para darle batalla, y no atendió a las palabras de Necao, que eran de boca de Dios; y vino a darle la batalla en el valle de Meguido.
  23   Y los arqueros tiraron al rey Josías flechas; y dijo el rey a sus siervos: Quitadme de aquí, porque estoy herido gravemente.
  24   Entonces sus siervos lo quitaron de aquel carro, y le pusieron en otro segundo carro que tenía, y lo llevaron a Jerusalén, y murió; y le sepultaron en los sepulcros de sus padres. Y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por Josías.
  25   Y endechó Jeremías por Josías, y todos los cantores y cantoras recitan sus lamentaciones sobre Josías hasta hoy; y las dieron por norma para endechar en Israel, las cuales están escritas en las Lamentaciones.
  26   Los demás de los hechos de Josías, y sus obras piadosas, conforme a lo que está escrito en la ley de Jehová,
  27   y sus hechos, primeros y postreros, he aquí están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá.

 
2 Crónicas 36
 
  1   Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de Josías, y le hicieron rey en lugar de su padre en Jerusalén.
  2   Veintitrés años tenía Joacaz cuando comenzó a reinar, y tres meses reinó en Jerusalén.
  3   Y el rey de Egipto lo quitó de Jerusalén, y condenó la tierra a pagar cien talentos de plata y uno de oro.
  4   Y el rey de Egipto estableció a Eliaquim hermano de Joacaz por rey sobre Judá y Jerusalén, y le cambió el nombre en Joacim; y a Joacaz su hermano tomó Necao, y lo llevó a Egipto.
  5   Veinticinco años tenía Joacim cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén; e hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios.
  6   Y subió contra él Nabucodonosor rey de Babilonia, y atado con cadenas lo llevó a Babilonia.
  7   También llevó Nabucodonosor a Babilonia de los vasos de la casa de Jehová, y los puso en su templo en Babilonia.
  8   Lo demás de los hechos de Joacim, y las abominaciones que hizo, y lo que en él se halló, he aquí está escrito en el libro de los reyes de Israel y de Judá: y reinó en su lugar Joaquín su hijo.
  9   Ocho años tenía Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén; e hizo lo malo ante los ojos de Jehová.
  10   A la vuelta del año el rey Nabucodonosor envió, y lo hizo llevar a Babilonia juntamente con los vasos preciosos de la casa de Jehová; y estableció a Sedequías su hermano por rey sobre Judá y Jerusalén.
  11   Veintiún años tenía Sedequías cuando comenzó a reinar, y once años reinó en Jerusalén.
  12   E hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, y no se humilló delante de Jeremías profeta, que le hablaba de parte de Jehová.
  13   También se rebeló contra Nabucodonosor, al cual había jurado por Dios; y endureció su cerviz, y obstinó su corazón, para no volverse a Jehová el Dios de Israel.
  14   Y también todos los príncipes de los sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la prevaricación, siguiendo todas las abominaciones de las naciones, y contaminando la casa de Jehová, la cual Él había santificado en Jerusalén.
  15   Y Jehová el Dios de sus padres envió a ellos por medio de sus mensajeros, levantándose de mañana y enviando; porque Él tenía misericordia de su pueblo, y de su habitación.
  16   Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió el furor de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio.
  17   Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven, ni doncella, ni viejo, ni decrépito; todos los entregó en sus manos.
  18   Asimismo todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y chicos, los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros del rey y de sus príncipes, todo lo llevó a Babilonia.
  19   Y quemaron la casa de Dios, y rompieron el muro de Jerusalén, y consumieron al fuego todos sus palacios, y destruyeron todos sus vasos preciosos.
  20   Los que escaparon de la espada, fueron llevados cautivos a Babilonia, y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino de Persia;
  21   para que se cumpliese la palabra de Jehová por la boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado sus sábados; porque todo el tiempo de su asolamiento guardó el sábado, hasta que los setenta años fueron cumplidos.
  22   Mas al primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová excitó el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pasar pregón por todo su reino, y también por escrito, diciendo:
  23   Así dice Ciro rey de Persia: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y Él me ha encargado que le edifique casa en Jerusalén, que es en Judá. ¿Quién hay de vosotros de todo su pueblo? Jehová su Dios sea con él, y suba.

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